¿De qué nos sirve tener políticos jóvenes?

Ser joven en política tiene cero mérito, es una simple circunstancia. Navegar con esa bandera debería traer algo más consigo, algo de sustancia; si no, es un simple dato curioso e inútil.

descripción de la imagen

Por Ricardo Avelar*

2018-01-09 6:16:17

Hace unos días, un joven aspirante a diputado denunció en un programa televisivo de horario estelar que había recibido presiones de gente de su partido, pues al parecer había criticado las gestiones pasadas de este instituto político.

Como es de esperarse, el entrevistador le pidió al candidato que dijera quién lo presionó, pues le pareció que esta era información de utilidad para los ciudadanos. El político declinó contestar.

A partir de ese momento, por medio de la red social Twitter, diversos usuarios le han expresado al arenero Abraham Soto, quien aspira a una diputación por San Salvador, el interés de conocer quiénes son estos personajes a los que hacía referencia cuando hizo su denuncia original.

Y no es por capricho. Soto ha expresado durante su campaña un ánimo de “renovación”. Si su oferta se acompaña de cuestionamientos a las formas tradicionales de hacer política (lo cual no nos consta), es obvio que muchas personas van a querer saber quiénes son aquellos que se le oponen. Y, al conocerlos, quizá no voten por ellos.

Por otro lado, quienes son más conservadores pueden encontrar en la información de Soto a posibles aliados, gente con la que comparten ideario. En ambos casos, la información que él dice poseer es de utilidad pues le da a posibles votantes un panorama más claro de cómo piensa cada quién.

Personalmente, llevo seis o siete días haciéndole la pregunta en la red social antes mencionada. Y no es por molestarlo o irritarlo. Es por una razón más simple y elemental, pero importante: la época de campaña es una de eslóganes y mercadeo político. Es un periodo opaco donde sobra el humo y falta concreción.

Cada uno, a su manera, nos va a hacer saber que trae consigo esperanza y demás adjetivos que nos tranquilizan. Pero tenemos sobrada evidencia de que a nuestros candidatos debemos juzgarlos más por lo que en efecto hacen que por lo que dicen de sí mismos. Al contestar la pregunta, él nos permitiría tener un panorama más completo.

Tristemente, con su negativa a contestar, Abraham está replicando las viejas formas de hacer política. Por un lado, lanza acusaciones incompletas que le hacen saber a la población que no está mostrando toda la verdad ni disipando el humo electorero. Además, evade preguntas legítimas de ciudadanos preocupados. Finalmente, si no da respuesta clara y concreta, su acusación luce como un intento de autovictimización para lograr réditos electorales. Una estrategia que resulta, por ponerla en términos coloquiales, bajera. Uno hubiese esperado más…

Ser joven en política tiene cero mérito, es una simple circunstancia. Navegar con esa bandera debería traer algo más consigo, algo de sustancia; si no, es un simple dato curioso e inútil. De nada nos sirve que sea joven si va a guardar silencio sobre preguntas ciudadanas. Poco ganamos con bajar el promedio de edad en el Legislativo si no incrementa el vínculo entre representantes y representados.

Entre tantas noticias de esta semana, algunos dirán que esto es poca cosa o no es relevante. Quizá el fondo no sea el tema más trascendental, al final es sabido que hay muchos dentro de todos los partidos que siguen reacios a renovarse. Pero en cuanto a la forma, este es un tema esencial. ¿Deberíamos creer en las palabras o en las acciones de los políticos? Porque en este caso, ambas cuentan historias diametralmente diferentes.

No tengo nada en contra de Abraham, lo conozco y he cruzado palabras con él en alguna ocasión. Por eso me atrevo a decirle directamente que me preocupa esta actitud tan temprano en su carrera política y le reitero la pregunta original. ¿Quién lo presionó? ¿Por qué? ¿Es verdad o es victimización? Además, le añado una pregunta: dice que será el diputado más joven. ¿Eso de qué nos sirve?

Porque este fenómeno no es nuevo??? Ahí tenemos al alcalde que dice ser la quinta esencia de la renovación política, pero sus nuevas ideas se parecen mucho a “las de siempre”, esas que no toleran ni un poquito los cuestionamientos a su persona y se rodean de adulación. Poco sirve hablar de juventud si se convierten, como lo puso otra columnista en este medio, en Baby Dinosaurios.

P.D.: En mis columnas de aquí al 4 de marzo intentaré lanzar algunos cuestionamientos concretos a figuras que me resulten llamativas dentro de la presente campaña.

*Columnista de El Diario de Hoy.
@docAvelar