Un complicado principio de 2018 para la PNC

En términos prácticos esto se traduce en exigir mejoras para los agentes que se ponen el uniforme azul todos los días y salen a las calles a arriesgar su vida para que los demás nos sintamos seguros.

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Por Carlos Ponce*

2018-01-02 9:17:26

La PNC experimentó una complicada transición del 2017 al 2018. Los últimos días de diciembre y los primeros de enero registraron graves hechos al interior de la Institución, en los que múltiples mujeres policías murieron bajo circunstancias sospechosas. Uno de los incidentes resulta especialmente oscuro, ya que la información revelada por las autoridades está repleta de vacíos inexplicables y, en las redes sociales, cuentas presuntamente manejadas por policías sostienen que el caso involucra hasta a oficiales del nivel superior.

Este hecho se suscitó dentro del Grupo de Reacción Policial (GRP), la unidad táctica élite de la PNC. La información difundida en las redes sociales por cuentas supuestamente manejadas por policías del nivel básico, dibuja un escenario gravísimo en el que se reclama el encubrimiento de policías de alto rango y la fabricación de un show mediático para crear una versión imprecisa de los hechos. Algunos aseguran que la agente ahora desaparecida fue lesionada con arma de fuego cuando forcejeó con tres agentes que la estaban violando. La agente, según esta versión, se encontraba inconsciente y alcoholizada, despertó cuando estaban abusando de ella, forcejeó y, al final, le dispararon.

La versión del caso brindada por las autoridades deja muchas dudas. Por ejemplo, hay un período de varias horas que los portavoces de la institución han dejado fuera de su recuento de los hechos. Además, inexplicablemente, los jefes inmediatos encargados de administrar y supervisar al GRP no han ofrecido a los medios de comunicación detalles del incidente. Estos oficiales tampoco figuran en el relato de los hechos brindado por el director de la Institución. Resulta sospechoso que siendo los mandos directos no hayan tenido un papel girando instrucciones para resolver o esclarecer el incidente.
Sin duda en este caso hay suficiente espacio para que la versión de los hechos que circula en las redes sociales tenga sustento. Sin embargo, no existen aún pruebas que lleven a definir de forma categórica qué fue lo que pasó. Lo que se puede afirmar nada más es que el incidente se dio en circunstancias sospechosas.

Sin embargo, sí podemos decir que todos estos hechos colectivamente constituyen un síntoma de lo que muchos hemos advertido desde hace algún tiempo: los policías del nivel básico han sido abandonados por las autoridades en medio de una crisis de seguridad en la que se han vuelto blanco de las estructuras criminales. Los agentes tienen que ver como sobreviven ellos y sus familias en las colonias donde residen. Además, tienen que lidiar con largas jornadas de trabajo en las que se enfrentan a situaciones sumamente estresantes y emocionalmente agotadoras. Las exigencias hechas por las jefaturas, en muchas ocasiones, no son realistas. Los agentes son sometidos a condiciones de trabajo que quiebran a cualquiera.

Algunas personas no muestran empatía alguna para con los policías y argumentan que quienes se deciden por esa carrera, ese es el tipo de trabajo y ambiente que escogieron, y que debiesen, por lo tanto, tener el temple para aguantar lo que sea. Esta actitud burda y poco pensada está totalmente equivocada. Los policías son seres humanos y, en consecuencia, están sujetos a reaccionar de forma consecuente tanto a los estímulos positivos como a los negativos. Debemos de cuidar a quienes nos cuidan exponiéndolos a estímulos positivos y removiendo los negativos. En términos prácticos esto se traduce en exigir mejoras para los agentes que se ponen el uniforme azul todos los días y salen a las calles a arriesgar su vida para que los demás nos sintamos seguros.

Además de incrementar el salario de los agentes y mejorar sus condiciones de trabajo, debemos de remover a las malas influencias. Los malos policías y jefes perpetúan ciclos nocivos dentro de la Institución. Es necesario evitar que mantengan vivas las malas prácticas que tanto daño le hacen a los policías y, por lo tanto, a la Policía.

*Criminólogo.
@_carlos_ponce