El 19 de junio de 2014, un grupo de pandilleros acorraló al policía Jaime Alberto Molina mientras realizaba tareas agrícolas. Uno de los pandilleros le cuestionó y cuando el agente intentó defenderse, el delincuente lo atacó a tiros mientras que otros le daban varios machetazos.
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El policía que estaba asignado al Sistema de Emergencias del 911 de Ahuachapán, murió en el momento.
Este día los pandilleros de la zona volvieron a tomar odio contra la familia del policía y asesinaron a la madre del agente a machetazos identificada como María Elena Aguirre. Tras la muerte de Jaime Alberto la familia huyó del lugar, sin embargo, ayer la señora llegó a la zona a visitar a un vecino. Los mareros se enteraron y la mataron a pocos metros donde asesinaron a Jaime Alberto.
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El homicidio de la señora se registró en la calle principal en el cantón Magueyes del municipio de Ahuachapán. Este es el cuarto familiar que ha sido ultimado en ese departamento en lo que va del año. Mientras que tres integrantes de la corporación policial han sido ultimados en el mismo tiempo.
Compañeros de trabajo del policía, recordaron que Jaime Alberto le gustaba trabajar la tierra porque con eso tenía asegurada la cosecha de maíz y frijol. “Su salario era poco y eso lo obligaba realizar tareas agrícolas para sostener a sus padres y hermanos”, relata un compañero de la víctima.
La madre del policía fue quien recibió de manos del otrora exdirector de la Policía Nacional Civil, Howard Cotto, la bandera del Pabellón Nacional, la cual se entrega a los policías que mueren en el cumplimiento del deber.
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El día del entierro de su hijo, la señora se veía más fuerte y trataba de dar apoyo a su esposo que se encontraba dolido por la muerte del hijo de ambos.
Tras dar el pésame a la familia, Cotto expresó que el “este tipo de crímenes no intimidarán a la fuerza policial para continuar haciendo su labor de vigilancia y persecución de delincuentes. Si la delincuencia cree que con actos de este tipo va a lograr mellar la moral de nuestra institución, se equivoca, y se equivoca porque vamos a seguir realizando las acciones para proteger a la ciudadanía aun a costa de actos de este tipo”, dijo.
Sin embargo, para los compañeros de Molina, solo fueron palabras como parte del acto fúnebre y no una realidad.