Esto debes hacer para recuperar tu figura después de un embarazo

Los cuidados empiezan desde los meses de gestación, es un mito eso de ???comer por dos???. Una acción indispensable para ponerte en forma es la determinación.

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elsalvador.com

Por Colaboración de Gloria López

2017-06-30 6:30:20

“Positivo”. “Felicidades, señora, usted está embarazada”. Las reacciones no tardan en manifestarse: hay celebración, aplausos, nervios, intercambio de sonrisas, llamadas telefónicas para avisar a la familia, y por supuesto una inmediata publicación en redes sociales.

Ahora hay que preparar todo para la llegada del bebé. Hay que irse de compras, remodelar una habitación, comprar la cuna, planear los “baby showers”…

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¡Pero, esperen! ¿No nos estamos olvidando de alguien? ¿Qué sucede con la mamá de este bebé? ¡Ah, sí, ahí estás tú! Tras la total disposición para tener un hijo, accediste a que tu cuerpo se transforme por completo. Ahora tendrás más hambre y cuando el bebé nazca seguirás muy hambrienta porque tendrás que estar bien alimentada para suplir las necesidades de tu hijo lactante.

Al nacer el bebé, te vuelves una madre de tiempo completo. De repente te das cuenta de que ya no hay tiempo para ti.
Tu cuerpo ya cambió. Con cada bebé que tengas puedes aumentar de dos a cuatro tallas, por lo que con dos embarazos fácilmente pasarías de una talla 4 a una 12, si te descuidas.

¿Suena trágico verdad? Y no es cuestión de superficialidad, sino de autoestima y salud.
Todo empieza por el mito: “Comer por dos”. Beatriz Corrales, nutricionista e instructora de acondicionamiento físico, explica que durante el período de gestación no es necesario comer el doble.

De hecho, el requerimiento adicional es entre las 300 y 400 calorías. En comparación, una mujer adulta de unos 60 kilogramos que no está embarazada requiere en promedio unas 1,600 calorías, por lo que la exigencia extra del embarazo no llega ni a la mitad. Así que “comer por dos” es totalmente falso.

“Lo más importante es asegurar un adecuado aporte de nutrientes que permitan el buen desarrollo del bebé, así como un estado de salud óptimo de la madre durante y después del embarazo”, recomienda la experta.

Bajo la guía de un nutricionista, tu peso aumentará solo lo necesario, pues la alimentación está orientada a la calidad y no a la cantidad. Si te asesoras con un profesional desde que empieza el embarazo, no será difícil recuperarse.

Si tu bebé ya nació y no cuidaste tu peso en la gestación, estos son los consejos para ti: Primero, reconoce que deseas recuperar tu figura y toma la determinación. Segundo, organízate y haz un horario para ti misma. Tercero, destina un presupuesto para tu plan de volver a tu antiguo cuerpo, incluyendo el apoyo de profesionales para que tus esfuerzos no caigan en saco roto.

Una buena condición física es resultado de la alimentación y el ejercicio, por lo que tus mejores guías serán el nutricionista y un entrenador personal.

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Por otro lado, considera la posibilidad de recibir la asesoría de un entrenador personal. Y pon mucha atención en que no sea de cualquier instructor de gimnasio, sino un tipo de profesional con el conocimiento, la capacidad y la disposición de ayudarte a ponerte en forma con actividades y accesorios que van mucho más allá de lo que puedes encontrar en el gimnasio.

El entrenador debe ser versátil, adaptarse a tus necesidades y a tu horario, puede guiarte con una rutina tanto dentro de un gimnasio cómo en el parque de tu vecindario.

Antes y después
Si recién te embarazaste y siempre has practicado actividad física, te animo a que no te detengas, siempre y cuando lo hagas bajo la supervisión de tu doctor y tu nutricionista.

Si, por el contrario, tu estilo de vida es más bien sedentario y quieres ejercitarte un poco por la salud de tu bebé en camino, busca actividades suaves, de bajo impacto y no olvides consultarle al médico.

Si no hiciste ejercicio durante el embarazo, nunca es tarde.
Una de las cosas más importantes para comenzar a cambiar tu cuerpo es reactivar tu metabolismo, afirma Emilio Arévalo, licenciado en deportes y entrenador personal.

“Si se busca una actividad divertida, es mejor , pues se trata de encontrar una motivación para poder empezar”, explica.
¿Qué actividades te llaman la atención? ¿Qué tal asistir con tu esposo a clases de tango, salsa o bachata sensual? ¡Interesante, verdad!

Hay muchas escuelas y recintos deportivos (El Polvorín, Estadio Flor Blanca, Polideportivo de Merliot) con clases para todos los gustos. Incluso hay cursos de ballet, danza árabe y hasta “pole dance”.

Si la defensa personal te atrae, las artes marciales están a tu disposición, incluso con talleres especializados para mujeres.
Si no encuentras quien cuide a tus hijos, túrnate con alguna amiga o vecina. Al día siguiente le devuelves el favor y así ambas consiguen su propio tiempo.

Si los hijos ya están grandes, ejercitarse junto a ellos es una opción de doble beneficio: se fortalece el vínculo familiar, pues todos se divierten juntos, pero además se gastan calorías.

Revive tu infancia, corre, escóndete, salta, despéinate jugando con tus hijos y tu mascota. Y si la tecnología no te abruma, hay muchos juegos de video muy interactivos que puedes compartir con tus hijos, como las competencias de pasos de baile, que son todo un reto y muy divertidas.

Cualquier actividad física que agregues de tu propia cuenta a tu ritmo actual es bienvenida: estacionar el carro a un par de cuadras para caminar un poco más, caminar a lugares cercanos y no ir en auto, sustituir el ascensor por las gradas, hacer pausas en el trabajo cada 45 minutos para hacer estiramientos y beber mucha agua combatirán la ansiedad y las ganas de ingerir dulces y golosinas.

¿Quieres tu antiguo cuerpo pero no tienes voluntad? Búscate un aliado. Caminar por las mañanas con alguien que ya tiene el hábito y que te pase a despertar temprano te hará levantarte los primeros días aunque sea por consideración, mientras te acostumbras. Ir a nadar con una amiga puede ser más estimulante que ir sola. Eso sí, esfuérzate un poco o terminarás convirtiéndote en una carga y lo más probable es que luego no quieran ir contigo.

Las opciones sobran, lo que falta es tu determinación. Es hora de empezar, es tiempo de hacerse cargo de tu cuerpo, a tu ritmo, con energía y con amor. Las herramientas están en tus manos y solo tienes que escoger con cuál empezarás a modelar tu figura. Por ti, por los buenos tiempos, por tu salud, ¡vamos a desempolvar ese bikini!