Conoce la historia del sacerdote que se convirtió en presidente del Platense

El sacerdote Carlos Torres tiene el desafío de recuperar el protagonismo de un equipo histórico en el fútbol salvadoreño

descripción de la imagen
El padre Carlos Torres es el nuevo presidente del equipo Platense, de Segunda División. Foto/ Lissette Monterrosa

Por Franklin Ponce | Twitter: @FP11EDH

2017-06-29 7:38:56

Vestido con su sotana blanca y portando un escapulario en el pecho, el nuevo presidente del Platense, equipo de Segunda División, recibió a EDH en la parroquia Jesús Cautivo, barrio El Calvario, en Zacatecoluca. De entrada queda claro que no es un dirigente cualquiera, se trata del sacerdote Carlos Torres, quien desde hace unos días dirige este histórico del fútbol salvadoreño.

[ El día que el Papa Francisco recibió la camisa de la Selecta ]

Una tarea compleja porque tiene que dividir su tiempo entre las ocupaciones eclesiales y las deportivas, pero él no le hace mala cara porque son sus dos pasiones y ha encontrado la manera de dedicarle tiempo a ambas. “En la directiva pasada era vicepresidente, pero casi nadie se fija en ese cargo. Me hice presidente porque nadie se quería hacer cargo del equipo. Lo hacía desde Tecoluca, donde estaba asignado, pero regresé a Zacatecoluca, ahora cuento con un sacerdote que me está colaborando en la parroquia y eso me permite tener tiempo para dedicarme a este cargo”, explica con emoción el padre Carlos.

Torres tiene una tarea dura por delante. La temporada pasada fue de sufrimiento para el Platense. Superó la triangular por el descenso ante el Vendaval de Apopa y Leones de Occidente de Metapán. Ahora, el objetivo de la nueva directiva es devolverle el protagonismo al equipo y tratar de llevarlo Liga Mayor. El padre Carlos tiene mucha fe, lógico, es de lo que más sabe. “Pienso que podemos echar la mano. Nos propusieron, fui elegido y lo veo como una aventura, en la que queremos sacar adelante a este equipo. Quiero que la alegría vuelva a los estadios. No me puedo considerar como el salvador del Platense. Solo puedo prometer que en este cargo vamos a luchar, poniéndonos en las manos de Dios, para que nos de sabiduría, paciencia, porque sé que no es fácil”, mencionó Torres, para quien presidir un equipo no es nuevo.

Jugador de Tercera y aficionado de Águila

Antes lo hizo con el Alacrán en la Tercera División. El sacerdote reconoce que su cargo podría no ser bien visto por muchos y que será una labor difícil: “Sé que mucha gente me va a tildar de ser muy fanático. Es a lo que estamos expuestos, estaremos en el ojo del huracán, pero hay que luchar, que esforzarse”. La Biblia y el balón Y es que la pasión del padre Carlos por el fútbol ha estado desde siempre. “El fútbol lo llevo dentro. Antes de ser sacerdote, mi sueño era jugar profesionalmente”, confiesa el hombre que también reconoce que el sacerdocio no le impidió despegarse del balón. “Se piensa que el que tiene perfil sacerdotal es el muchacho callado, el serio, el que no bromea, que no pelea… Yo no tenía ninguna de esas cualidades: era inquieto, vago, pleitisto y casi no iba a misa. Entonces no calificaba para ser sacerdote. Pero fue un amigo por quien me fui acercando a las cosas de Dios. A los 16 años sale la vocación de sacerdote, no se cómo. Aunque siempre pensando en el fútbol”, relató sobre aquel momento.

Carlos Torres, tercero de pie (de derecha a izquierda), con el equipo San Rafael, cuando ascendieron a tercera. Foto/ Lissette Monterrosa

El fútbol ha estado ligado a la vida religiosa del padre Carlos, pues lo que ganaba por partido jugado le servía para costearse la formación sacerdotal. De jugar en equipos federados, Torres dio el salto a la Tercera División con el San Rafael y logró uno de sus sueños: ser futbolista profesional. Pudo llegar más lejos, como reservista del Independiente, pero aparecieron los famosos conflictos vocacionales. “Siendo reservista, podía llegar al equipo mayor. Mi sueño se estaba construyendo. Pero tenía que decidir el fútbol o el sacerdocio. Yo me había decidido por el fútbol. Sin embargo, mi líder espiritual habló conmigo, me dijo mis cualidades, me dijo que el fútbol es solo por un rato, mientras que el sacerdocio es para siempre y me convenció.

Ahora, todo mundo sabe que no puedo descuidar mi sacerdocio, ni mi parroquia. Si no hallo quién me cubra aquí, no voy, ni modo. Aunque mi mente esté en la cancha”, expresa con una sonrisa. El tiempo le alcanza al padre Carlos para dirigir una escuela de fútbol, donde trabaja con niños, mantenerse activo, en una selección de sacerdotes, y hasta en el papi fútbol, donde compartió con el exjugador Mauricio “Tuco” Alfaro. Pero por ahora guarda reposo por una lesión en la rodilla que lo mantiene retirado, aunque con los pies inquieto por volver a jugar: “Tengo que descansar ocho meses, pero dudo que aguante”, menciona, a pesar de los reclamos de su madre de 94 años, quien lo regaña con un “no vas a volver a jugar”, como le diría a un niño.

Es aficionado de varios equipos, pero de El Salvador el Águila es el equipo de sus amores. Foto/ Lissette Monterrosa

Y como la carne es débil, el Carlos Torres hombre se confiesa seguidor empedernido del fútbol y algunos equipos: “Yo soy Águila a morir. En España soy del Barcelona; en México voy con Monarcas, aunque también me gusta el Chivas; en Argentina, River Plate; en Italia, Milán; en Inglaterra, el Manchester City”. Y no es broma. En su casa cuelga un póster del equipo aguilucho con la leyenda “Yo amo a Águila”; y sostiene que porta el 6, “igual que Xavi Hernández”. Cuando le queda tiempo va al estadio, y sufre como un parroquiano más. Y mientras le alcanza la fe para regresar pronto a jugar, ahora se concentra en el Platense, al que espera llevar a grandes éxitos, eso sí, si Dios lo dispone como su voluntad, remarca.

[ GALERÍA: Carlos Torres, el sacerdote del fútbol ]

Y no ha perdido tiempo. Apenas a días en el cargo, el padre Carlos ya puso manos en la obra. “Por ahora nos estamos reuniendo con el resto de directivos para elegir al entrenador. Terminamos con 16 jugadores el torneo pasado y de ahí vamos a ver con quiénes podemos continuar”, mencionó. Para mientas, y lo más urgente, acepta el padre Carlos, es “reactivar a los socios del Platense. Estamos haciendo números. Se me han acercado patrocinadores amigos, muchos confían en el padre Carlos para aportar al equipo. En estos momentos también se están activando algunos comités en Estados Unidos, para quienes vamos a abrir una cuenta de ahorros para recibir ese apoyo. Una de esas ideas es crear el carnet de socio, para quien aporte pueda ir al estadio con un acompañante”. El reto es grande, afirma el padre Carlos, pero lo sacará adelante, en el nombre del Padre, confía.