Pandilleros han asesinado a un maestro cada mes en lo que va del 2017

Este año, seis docentes y 16 estudiantes han sido asesinados, algunos por extorsión, otros por rivalidades.

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Este año han sido asesinados seis profesores, una cifra que casi superar a la de 2016, cuando fueron ultimados siete docentes. Foto EDH/Archivo

Por Jaime López

2017-06-21 10:15:49

No hay cifra ni porcentaje que indique la cantidad de profesores extorsionados por las pandillas en El Salvador, pero las gremiales aseguran que gran parte del magisterio sufre de forma silenciosa el flagelo.

Lo peor de todo es que según el Sindicato de Maestros de Educación Pública de El Salvador (Simeduco), solo en los primeros seis meses del año han sido asesinados seis maestros y 16 estudiantes.

Una de las principales hipótesis de las gremiales en los asesinatos de profesores es la extorsión, y en los estudiantes, las rivalidades entre pandillas o solo por transitar por el territorio de la pandilla contraria.

Un estudio de Simeduco revela que el 60 por ciento de los maestros de los centros educativos de la zona sur de San Salvador (barrio San Jacinto, Modelo y Candelaria, entre otros) están siendo extorsionados. “Eso no quiere decir que en la zona norte (Apopa, Quezaltepeque) no suceda lo mismo”, detalló el secretario general de Simeduco, Francisco Zelada.

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Sin embargo, el presidente Salvador Sánchez Cerén en su informe de su tercer año de mandato dijo que las extorsiones se había reducido en un 49 por ciento en los primeros cuatro meses de 2017.

La situación del magisterio se complica cuando el nivel de control, organización e infiltración de las pandillas en la Policía Nacional Civil, el Ejército e instituciones del Estado ha hecho que los profesores chantajeados ni siquiera alerten de su problema a las gremiales, mucho menos a las autoridades.

No es para menos, si “el delincuente lo primero que hace es pedirle dinero a uno y le advierte todo lo que le puede suceder si lo denuncia”, refiere Paz Zetino, de la gremial de maestros, Bases Magisteriales.

En busca de una explicación del problema, Zelada considera que la inseguridad que experimenta el país está muy relacionada con la tregua, ya que fue ese lapso en que las pandillas se fortalecieron, tal es así que ahora tienen mayor control de los territorios y mayor posibilidad de extorsionar a los maestros.

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Frente a las amenazas, los maestros prefieren quedarse callados, entregar el dinero exigido y sufrir solos el flagelo, porque el pandillero les han anticipado que sabe quiénes son sus hijos, conocen sus familias, donde residen, el lugar donde estudian sus hijos, la ruta y el trayecto que siguen todos los días para llegar al trabajo o al centro educativo, en caso de que la Policía los detenga.

Según Simeduco los profesores deben pagar sumas de 25, 50, 75 y 100 dólares por mes en concepto de extorsión. En casos “particulares” algunos maestros son obligados a entregar sumas específicas de 300 y 500 dólares para cierta fecha.

Como que si no fuera suficiente, a los tres meses, los pandilleros les vuelven a exigir el doble de lo que pagaron anterior: 600 o 1,000 dólares. En este momento, solo Simeduco atiende unos 12 casos de maestros que ya no pueden con las extorsiones y buscan auxilio.

“Un profesor muy contento se me acercó y me dijo; ya no llegó (pandillero) a recoger el dinero, de seguro lo mataron”, expresó con aires de liberación aquel profesor, afirmó Zetino.

Cuando hay cambios de mando en la pandilla por detenciones en la zona, las sumas de la extorsión se duplican, por ejemplo si pagaba 25, debe entregarles 50 y así sucesivamente con otros montos, afirmó Zelada.

Investigaciones de Bases Magisteriales han determinado que los docentes entregan el dinero del chantaje de forma individual y por escuelas; por esta última modalidad, las maras les imponen cantidades dependiendo del número de profesores. En un caso, en que trabajan 22 profesores, les han impuesto 150 dólares por mes, suma que se divide entre la totalidad de profesores y eso es de todos los meses.

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El profesional dijo que es preocupante que los maestros estén perdiendo la confianza en las instituciones que velan por la seguridad “por el trato que han recibido al poner denuncias, tenemos casos en que los maestros fueron a las unidades policiales a denunciar el hecho y cuando regresaron a la escuela, los pandilleros ya sabían.

“Cuando acuden a las direcciones departamentales de Educación, los maestros son revictimizados pues lo primero que les dicen es que lo que busca es trasladarse, que están inventando lo de la extorsión o las amenazas”, detalló el secretario de Simeduco.

A simple vista, nadie se imagina que un profesor está siendo extorsionado, basta indagar un poco para saber que “son miles y miles que están pagando la mal llamada “renta”, especialmente los del área rural, dice el dirigente.

Antes este delito “era de las grandes ciudades pero ahora el problema lo sufren los maestros en las zonas rurales, porque en los últimos años las pandillas han emigrado al campo”, dijo el dirigente de Bases Magisteriales.

Según las autoridades desde la entrada en vigencia de las medidas extraordinarias y los patrullajes de las Fuerzas Especiales (FES) y las Fuerzas de Intervención y Recuperación Territorial (FIRT), se intensificaron los operativos en las colonias y comunidades, pero ahora las pandillas han volado a las zonas rurales.

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“Ahora controlan los caminos, las veredas y las calles por donde los profesores deben transitar todos los días para llegar a las escuelas”, relata Zetino.

El problema se ha vuelto tan complejo que pareciera que ni al Ministerio de Educación ni a las autoridades se muestran interesadas en resolver las dificultades de los profesores.

En 2013 hubo 1,200 casos de profesores que se atrevieron a denunciar que eran extorsionados, ahora no se tiene un registro de cuantos miembros del magisterio son víctimas, y muchos otros no lo hacen por temor.

Falta de autoridad

Otro fenómeno que está afectando el magisterio es la falta de autoridad del profesor con respecto a los niños. Y es que “atendemos al segmento de la población más pobre, proveniente de zonas marginales y donde las pandillas están involucradas”.

En uno de los casos, en que quedó evidenciado el irrespeto de un estudiante fue cuando el profesor entregó el examen a un alumno; éste al ver la nota de reprobación, en la parte superior le escribió: “MS-13, esta es la nota que quiero que me ponga: 9”.

En otro caso, un grupo de pandilleros esperaba al director de un centro educativo. Cuando el profesor llego en su carro, un pandillero se acercó y le dijo: “Necesito que vayamos a un lugar. Y lo que había en ese lugar era una fardo de billetes que tenían escondido”.

“La extorsión es el delito más secreto en el país, no hay cifras, no hay datos que puedan establecer verdaderamente la magnitud del problema”, dice el agremiado. Tanto es así que en los mercados hasta la dueña del canasto está pagando la extorsión.

En los últimos días, las pandillas se han dado a la tarea de asesinar a dueñas de pupuserías, vendedores de mercados, todo es por resistirse a pagar la extorsión, según la Policía.

Maestros huyen a Canadá y España

La angustia de los profesores en algunos casos ha hecho que de la noche a la mañana han tenido que salir huyendo del país, algunos de forma legal y otros ilegal, con ayuda de traficantes de personas (coyotes).

No pudieron más con tanta extorsión y amenazas que de un momento a otro tuvieron que salir del país hacia Canadá, España o Italia, entre otros países, donde suplican asilo político a las autoridades.

Al menos cinco profesores han huido a esos países con todo y sus familias, en algunos casos han sido detenidos y los han deportado al país, afirmó el secretario de Simeduco.

A diferencia de los empleados municipales y otros de Gobierno, los maestros no reciben ninguna retribución por su retiro voluntario, sobre todo en casos de amenazas y que se ven obligados a salir de El Salvador. “Al sector lo están dejando a la buena de Dios, desprotegido con el agravante que el 68 por ciento de esta profesión está conformado por mujeres”.

Varias maestras son violadas

Por su condición, varias profesoras han sido violadas cerca de los centros educativos o en el camino que la lleva a la escuela.

Este es otro de los abrojos que los maestros, aseguran cruzar en el ejercicio de su noble profesión, y que por razones de amenazas, privacidad y revictimización; las profesoras tienen que callar y sufrir a solas uno de los peores abusos contra las féminas.

Según Simeduco este problema se da cuando las maestras se movilizan a los centros educativos o en aquellos casos en los que la profesora decide establecerse de lunes a viernes en una comunidad.

Estos casos se han registrado por lo general en escuelas de la zona rurales del sur y norte de San Salvador, así como en Morazán, donde hay lugares desolados. “Son casos en los que las profesoras sienten pena contar esos vejámenes, otras porque son revictimizadas por el mismo Estado”, afirmó el secretario de este gremio de profesores.

Zetino por su parte afirma que con las próximas elecciones, las autoridades están vendiendo la idea que la seguridad pública está mejorando al reducirse los homicidios, como que solo los asesinatos inciden en la inseguridad ciudadana, reclama.

“No necesitamos arreglar los problemas de violencia en periodos electorales, necesitamos bajar los niveles de violencia, delincuencia y seguridad de manera permanente para darle sostenibilidad emocional a los salvadoreños, los profesores”, destacó el agremiado.

Se intentó conocer la postura del ministro de Educación, Carlos Canjura, sobre este tema, pero en la Oficina de Comunicaciones dijeron que coordinarían la entrevista, pero pese a insistentes llamadas telefónicas no hubo respuesta.