María Angélica Gutiérrez, de 75 año, recibió cerca de 3 mil 60 dólares de parte de Fonavipo para realizar trabajos de construcción en su vivienda, que paso de láminas y plástico a ladrillo y tejas: “mi casa es grande y mide 7 metros de largo por 5 de ancho” dijo.
Ella es una de los 13 residentes del caserío La Arenera, del cantón Miraflores, San Miguel, que construyeron sus casas con fondos provenientes de Fonavipo. Algunos viven cerca de una empresa de extracción de arena.
Manifestaron que la actividad que realiza la compañía es una de las causantes de que los pozos en el lugar se estén secando.
“Por el trabajo que hacen hay deforestación, ellos han sembrado algunos palitos pero casi todos los posos están secos”, comentaron.
La afectada asegura que tiene que pagar 5 dólares cada mes a un vecino para que le venda agua.
Las familias están felices con sus viviendas, pero piden a la alcaldía que invierta en proyectos de agua.