El punto de convergencia entre las pandillas y el Gobierno

El florecimiento y permanencia de grupos delictivos depende, en gran medida, de la existencia y tamaño de un sector informal que escape de la autoridad estatal y, por lo tanto, esté en necesidad de un ente regulador extralegal.

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Foto: Archivo

Por Carlos Ponce*

2017-06-06 9:13:52

El Departamento de Estudios Económicos de Fusades recientemente publicó un informe que pinta un escenario preocupante para el país. El documento analiza las cifras oficiales del Instituto del Seguro Social relacionadas a la cantidad de personas empleadas y afiliadas. Según los resultados, el número de trabajos formales se desplomó estrepitosamente durante los últimos meses. Esta reducción, de acuerdo al informe, superó los 30 mil empleos. Fusades contrasta estas cifras con las correspondientes al mismo período de los últimos ocho años y concluye que la actual disminución del empleo formal no tiene precedentes recientes. Esta tendencia conlleva importantes implicaciones transversales, que afectarán de forma negativa la seguridad pública.

Según el doctor Álvaro Trigueros, directivo de Fusades y encargado de la elaboración de la investigación, la disminución del empleo formal es uno de varios indicadores que esbozan un deterioro en la economía salvadoreña. Señaló, por ejemplo, que las encuestas de Fusades indican que la percepción del clima para hacer negocios también está en sus peores niveles. Trigueros asegura que la inversión y, por lo tanto, el desarrollo económico del país se han visto inhibidos por la incertidumbre creada por la inseguridad, la política tributaria irresponsable y la constante postura de confrontación adoptada por el Gobierno con el sector empresarial. El directivo de Fusades explicó que la economía es como una mesa y que las patas que la sostienen son la política económica y fiscal. Entre más sólidas las patas, más firme la mesa, acotó. El problema de la economía de El Salvador, según Trigueros, es que las patas de la mesa son de barro.

En marzo de este año, publiqué en este mismo espacio, un artículo relacionado al tema del empleo. Traje a colación una investigación realizada por Andrés Ham, candidato doctoral en economía aplicada y agrícola de la Universidad de Illinois, en la que estudió el impacto de incrementar el salario mínimo en Honduras. Los resultados de su trabajo indican que, en economías en las que el sector informal provee un alto porcentaje de los empleos, aumentar el salario mínimo puede ocasionar un desplazamiento de trabajadores del sector formal al informal. Ham, además, explica que esta transferencia de empleos provoca una disminución en el salario real percibido por los trabajadores informales, debido a que hay más personas dispuestas a emplearse en su sector.

En esa columna advertí que, en El Salvador, el 55 % de los empleos los provee el sector informal y que, por lo tanto, incrementar el salario mínimo podría, de acuerdo a lo sugerido por la investigación de Ham, tener un impacto negativo sobre el sector más afectado por la operatividad de las pandillas. El vacío de autoridad característico del contexto en el que funcionan las empresas informales, nutre a agrupaciones como las pandillas, que establecen una autoridad paralela a la que todos se tienen que someter. Los constantes conflictos y trifulcas en los mercados de San Salvador ilustran perfectamente cómo las pandillas dominan la informalidad, imponen reglas y resuelven disputas, actuando como un gobierno paralelo. El florecimiento y permanencia de grupos delictivos depende, en gran medida, de la existencia y tamaño de un sector informal que escape de la autoridad estatal y, por lo tanto, esté en necesidad de un ente regulador extralegal.

La informalidad es el punto de convergencia entre el Gobierno y las pandillas. Las políticas del gobierno la fomentan y las pandillas se alimentan de ella para subsistir y crecer. Entre más crezca la informalidad, más poder, control e influencia se transfiere a los grupos que llenan el vacío de autoridad que deja el Estado, con amenazas, violencia y criminalidad. Es necesario cambiar las políticas económicas y fiscales que promueven la informalidad para así privar a las pandillas de su principal fuente nutricional.

*Criminólogo
@cponce_sv