Iglesia busca reconstruir torre que daño el terremoto del 2001

La parroquia no cuenta con los fondos para contratar las obras.

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Por Cristian Díaz

2017-06-06 7:25:35

AHUACHAPÁN. El párroco de la iglesia Santísimo Redentor El Calvario, en Ahuachapán, padre Henry Morales, busca ejecutar en los próximos dos años un proyecto para la reconstrucción de la torre del templo, que fue destruida en los terremotos de 2001.

Desde entonces, la infraestructura solo cuenta con una pequeña cruz en su parte más alta; sin embargo, los feligreses señalan que se debe construirse la parte restante porque es parte de su identidad.

Un ingeniero estructurista, dos ingenieros civiles y un arquitecto han avanzado en un 70 % en la digitalización de la maqueta de la torre, cuya construcción podría oscilar entre los $90 mil y $100 mil.

La parroquia no cuenta, a la fecha, con el dinero para realizarlas, por lo que al terminar el diseño previsto para finales de año, sus autoridades comenzarán la búsqueda de la ayuda económica para la ejecución del proyecto.

“Es el proyecto mayor al cual estamos apuntando, sobretodo porque el deseo de Ahuachapán es que El Calvario vuelva a su originalidad primera. Su torre es uno de sus referentes histórico y cultural”, expresó el líder religioso.

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La fachada está protegida por la Secretaría de Cultura de la Presidencia, por lo que la restauración de la torre debe de ser igual a la que se cayó hace más de dieciséis años.

Son doce metros de altura desde el corte del techo los que deben de reconstruir.

Las obras forman parte de un proyecto mayor de restauración que inició hace año y medio y llevan un 40 % de avance.

La casa parroquial ya fue intervenida a un monto de $12 mil porque las paredes presentaban daños por temblores y se encontraban húmedas por las lluvias. También restauraron sus pisos, techos y tuberías de aguas negras y servidas.

Actualmente están colocando piso en el atrio, dado a que algunas áreas eran de tierra, generando filtración de agua que provocan hundimientos.

Además de la colocación de pintura en fachada y dentro del templo, arborización y zonas de estancia, gastando otros $15 mil en los trabajos.

Un ingeniero estructurista descartó algún peligro bajo el presbiterio, luego del temor que había por una viga de 12 metros de longitud que atraviesa el templo. El año pasado se dijo que ésta podría ceder.