Desde hace un año y medio el uso de joyas enchapadas, acero y fantasía se ha incrementado en el centro de San Salvador. Los puestos de venta de mayoreo se encuentran en los pabellones uno y dos del mercado Central y allí llegan los minoristas a comprar para vender al menudeo en calles y plazas de la capital.
Y es que según María Quiteño, quien vende cadenas, esclavas y aretes en la plaza Médica, muchas jóvenes usan estas joyas sin el temor de perder mucho dinero si son asaltadas; además de lucir unos productos que, aunque son replicas, brillan tanto como el oro original. Este tipo de joyas son duraderas y se pueden obtener desde uno, dos o tres dólares y, los más finos, a cinco o diez dólares.
En los puestos de venta se pueden encontrar cadenas, esclavas y aretes, anillos de monel o acero con motivos modernos para dama y caballero, así como relojes, diademas y ganchos adornados con colorida pedrería con un precio que va desde un dólar.
Si su interés es comprar para revender, los precios por docena se encuentran dentro del edificio, lugar donde están los grandes puestos de mayoreo para alimentar el comercio de la nueva fiebre del “oro” en el Centro Histórico de San Salvador.