Personalización de la culpa

Al hacer que la persona se adjudique la culpabilidad de todo lo negativo que le rodea, hará que se fortalezcan pensamientos de minusvalía, inferioridad y baja autoestima, que los llevarán al aislamiento social y al desamparo.

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Por Mario Aguilar Joya*

2017-05-26 7:37:15

Las ciencias de la conducta utilizan el concepto “personalización de la culpa” para referirse a la situación que involucra la admisión de errores o faltas cometidas por otros, aceptándolas como propias, aun cuando no exista una evidencia razonable para ello. Se trata de un hábito que implica el aceptar como nuestra cualquier falta o error y como tal conforma una situación muy difícil de solucionar.

Esta percepción equivocada de que los problemas que nos rodean son producto de nuestra responsabilidad, es en su inicio una deformación del pensamiento, en donde las personas no suelen ajustarse a la realidad y esto los mueve a explicar “sus problemas” de modo que se retroalimentan estados y pensamientos negativos.

Suele comenzar muy temprano en la vida y se adjudica su origen a la insistencia de los padres de generalizar la culpa con frases como: “todos ustedes fueron los culpables de???” o bien “es tu culpa el accidente de tu hermano”. Quedando marcada en nuestras mentes las frases relacionadas con la culpa, para luego, más tarde en la vida autoproclamamos culpables de problemas que no fueron creados por nosotros y que tampoco son nuestros.

Al empezar la escuela nos seguimos haciendo responsables de problemas de otros. Nos vemos culpables y llamados a “llegar más temprano” cuando el maestro menciona esa situación al grupo, aun cuando llegar tarde no es nuestro problema. Más adelante en el trabajo, personalizamos la culpa, cuando el jefe se queja ante el colectivo que la calidad de las labores realizadas debe mejorar y esto nos lleva a pensar: “seguramente lo dice por mi”, aun sabiendo que nuestro trabajo es satisfactorio o incluso sobresaliente.

Un hombre que oye a su esposa quejarse de que los fines de semana son aburridos, puede asumir que él es el responsable único de este problema, sin ser realmente así; pero los casos más graves ocurren cuando las mujeres que son abusadas física o psicológicamente creen merecer ese maltrato, pues aceptan la responsabilidad en este abuso, creyendo que han “hecho algo” para que el esposo actúe de esa manera, justificando así su reprochable conducta.

Los estudios al respecto consideran que para resolver tempranamente esta situación debemos sobre todo reconocer que tenemos ese problema, y ante una dificultad cualquiera determinar cuántas personas han participado de la situación y el grado de participación de cada uno. Estableciendo un contexto de reatribución, en donde las personas en lugar de autocondenarse por las situaciones imaginarias que escapan de su control, identifiquen los factores que contribuyen a resolver “su problema real”, definiendo objetivamente cuál es su responsabilidad, cual la de los otros y cuales están fuera de nuestro control.

Este fenómeno de personalización de la culpa al hacer que la persona se adjudique la culpabilidad de todo lo negativo que le rodea, hará que se fortalezcan pensamientos de minusvalía, inferioridad y baja autoestima, que los llevarán al aislamiento social y al desamparo y abandono familiar. Haciendo que sea definitivamente importante identificar o determinar si sufrimos de “personalización de la culpa” y solventarlo tempranamente, pues si no se resuelve este estado, llevará al que lo sufre a depresiones que tienden a incrementar la culpa y se volverá un círculo vicioso del cual es muy difícil salir sin ayuda profesional. Por lo que es necesario deshacernos de culpas innecesarias, inmerecidas y sobre todo ajenas tan pronto se reconozcan.

* Médico
y colaborador de El Diario de Hoy.