Harina, horchata, chocolate, café, galletas, pollo con salsa, pan, pupusas, tamales y tortillas, son algunos de los productos derivados de la semilla de ojushte, que es obtenida del árbol del mismo nombre.
Esta sustituyó al maíz entre 1932 y 1946, luego que una plaga de chapulines se comieron las cosechas del grano, básico para los salvadoreños.
Sin embargo, muchas personas desconocen su importancia. Estudios han determinado que ayuda a prevenir la anemia, el dolor de cabeza, promueve el crecimiento, ayuda al sistema nervioso, fortalece el sistema inmunológico, es esencial para el desarrollo del feto y previene el estreñimiento.
La semilla es rica en proteínas, hierro, zinc; vitaminas A, B, C, y E; ácido fólico, potasio, calcio y fibra, entre otros.
Es por ello que la iniciativa Maná Ojushte promueve su consumo a través de festivales que realiza desde hace seis años en el cantón San Isidro, Izalco, Sonsonate.
En esta ocasión será el domingo 28 de mayo a partir de las 9:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, expresó la principal promotora para el cuido de los árboles y la transformación de la semilla, Ana Morales.
En la actividad habrá una variedad de gastronomía que será elaborada con base de ojushte por 25 emprendedores. Otros 20 de artesanos de diferentes municipios sonsonatecos llegarán para ofrecer sus productos.
Además habrá recorridos a los árboles de ojushte, a la casa patronal de Tomás Regalado y a la Cueva El Tanquito.
Pese a todas sus bondades, Morales lamentó que solo hay un 5 % de árboles de ojushte del total de bosque con el que cuenta Izalco.
Como una medida paliativa están desarrollando parcelas demostrativas con ayuda de la Universidad de El Salvador, con el fin de sembrar árboles injertados para que den fruto en tres años y medio, cuando el tiempo normal es entre siete y diez.
Actualmente están buscando ayuda económica para sembrar más árboles.
Morales recordó que con los que cuenta el municipio fueron sembrados hace 20 años durante un proyecto de reforestación.
Consideró que están en peligro de extinción porque las personas no buscan su conservación, sino que los talan para comercializar madera.
“Hay una gran preocupación de nuestra parte en querer sembrar más árboles de ojushte, no solo para proveer un recurso como aire y agua para nuestro medio, sino que también es una forma de buscar una solución al problema nutricional del país”, explicó Morales.
El festival cuenta con el apoyo de la alcaldía de Izalco, la Agencia de Desarrollo Económico Local (Adel), entre otras instituciones.