Crecer entre telas, hilos y patrones de costura marcó tanto la vida de Lou Escamilla, que inevitablemente la condujo al mundo de la moda donde ahora destaca.
Todo se remonta a su infancia. Su abuela, quien vivía en Santa Rosa de Lima, La Unión, era la costurera del pueblo.
“Mi abuela me cuidaba y cosía, y mientras tanto yo me entretenía haciéndole vestidos a las muñecas. Así comenzó todo”, recuerda.
Ya en la adolescencia, era su abuela la que le confeccionaba la ropa exclusivamente, pues de acuerdo con Lou era una chica muy delgada y nada que comprara le quedaba bien. “Íbamos a las tiendas a buscar telas y allí comencé a diseñar”, explica.
Karen Solis: De celebridad de televisión a madre de tiempo completo
Sin embargo, al graduarse de bachiller, no fue Diseño de moda lo que primero estudió, sino que durante tres años cursó la carrera de arquitectura aquí en El Salvador.
“Pero tenía esa espinita de que me gustaba el diseño de moda, entonces en 2004 apliqué al Fashion Institute of Technology (FIT), de Nueva York, me aceptaron y a la semana de eso me fui a estudiar”, cuenta Escamilla.
Luego en 2006 se fue a Milán donde terminó su carrera de diseño de moda masculina, y donde además trabajó en diseño de accesorios como carteras, cinchos y abrigos de caballero.
Todo su conocimiento la ha llevado a participar en pasarelas nacionales e internacionales. Además en 2009, inauguró en el país su propia tienda, con la que lleva ya casi ocho años.
Una de las etapas que está disfrutando al máximo desde hace casi cinco años es la de mamá, cuando llegó a su vida su amada hija Valentina y transformó su mundo.
“La vida me cambió por completo, porque siempre me ha gustado viajar y buscar nuevos horizontes. Ella, sin embargo, le ha dado estabilidad a mi vida, me ha motivado a crecer profesionalmente. Ahora tengo nuevas metas para mantenerla a ella. He tenido que sentar cabeza, porque ya con ellos uno tiene más responsabilidades”, comenta.
Patricia de Calderón, una madre reconstructora de vidas
Así el rol de madre y profesional se combina a la perfección. “He tenido que llevar las dos vidas, la responsabilidad y la creatividad van de la mano. Además entre la faceta de madre y profesional hay un equilibrio, pues gracias a Dios tengo este trabajo que me permite pasar tiempo con ella”, dice convencida.
Por como van las cosas, es posible que Valentina se interese en el mundo de la moda, ya que participa como modelo en los eventos de Lou e incluso la ha inspirado a hacer diseños para niñas. Además la acompaña en los viajes cuando va a ver telas.
“A Valentina le gusta lo que hago”, dice satisfecha la diseñadora, quien no descarta la posibilidad de volver a ser mamá. Mientras tanto continúa con la idea de expandirse hacia el exterior para que la gente conozca su trabajo.