La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia comprobó, el 16 de enero pasado, la participación de seis militares en la desaparición forzada de tres habitantes de Sonsonate, en 2014.
Dicho Tribunal declaró ha lugar una solicitud de hábeas corpus (exhibición personal) a favor de Oswaldo Leiva Mejía, Francisco Javier Hernández Gómez y José Fernando Choto Choto, quienes fueron retenidos por un sargento y cinco soldados en Armenia, el 18 de febrero de 2014.
Desde esa fecha, los familiares de los jóvenes no los han encontrado ni vivos ni muertos.
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La Sala ordenó al Ministerio de Defensa y al jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada a que “proporcionen información en relación con la desaparición forzada de los favorecidos; cuyos resultados deberán ser comunicados a este tribunal constitucional y a la Fiscalía General de la República”.
A la Fiscalía General de la República también le ordenó que “conforme a sus atribuciones constitucionales, por los medios y en la forma legalmente establecida”, continúe la investigación sobre la desaparición forzada o involuntaria de Leiva, Hernández y Choto.
El 3 de noviembre de 2015, el sargento Santos Manuel Coreto Ramírez y los soldados Ronald Alberto Rodríguez Pozo, Juan Ovidio Santiago García, José Alexander Santamaría Constante, Manuel de Jesús Santos Sánchez y Arely Elizabeth Esquina de Ramos fueron absueltos por el Tribunal de Sentencia de Sonsonate.
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Los jóvenes identificados como Francisco Javier Hernández Gómez, de 20 años; Óscar Oswaldo Leiva Mejía, de 23; y Fernando José Choto, de 22; fueron intervenidos por no menos de cinco soldados para hacerles un registro personal en la colonia San Fernando No.1 de Armenia, Sonsonate.
La referida colonia es asediada por pandilleros de la mara 18. Sin embargo, los familiares de los desaparecidos aseguraron que sus parientes no pertenecen a ninguna pandilla.
Explicaron que los tres jóvenes estaban reunidos la mañana del martes pasado con dos personas que los habían contratado para trabajar en tareas de construcción, cuando de repente llegaron los soldados y se los llevaron a la colonia San Damián, que es asediada por la mara Salvatrucha (MS).
Después de varios minutos, los militares dejaron en libertad a los dos contratistas, pero no a los tres jóvenes, según los denunciantes.