La granja El Progreso ha venido implementando tecnología en genética para dar una mejor calidad de la carne, que les permitirá competir en mercados extranjeros.
Roberto Jovel, productor y propietario de la granja resalta la importancia de este tipo de granjas, para que los jóvenes puedan desarrollarse y compara el momento que se vive ahora con la década de 1980 cuando la zona de Ilobasco, Cabañas, era un campo de la guerrilla, durante el conflicto armado que sufrió el país.
Señaló que la empresa persigue el desarrollo sostenible con la descontaminación de un río vecino, con limpieza y siembra de alevines.
Entre sus actividades innovadoras está, que desde hace seis años, tienen recirculación del 70% del agua que trabajan en su propia planta de tratamiento y que luego se utiliza para lavar porquerizas.
“Solo el 30% es agua limpia, básicamente solo la que se toma el cerdo, luego toda la recirculamos”, mencionó Roberto Jovel.
Con los residuos producen energía a base de metano en su planta con capacidad para cinco kilowatts, para abastecimiento propio y ya están pensando en vender a la red de distribución nacional.
En la granja se aprovecha al máximo la producción de los desechos, se elabora abono orgánico y abono foliar que se utiliza en los sembradíos de follaje que tienen para alimentación de ganado.
Como proveedores de Selectos, realizan el destazo en un rastro ubicado en la Carretera de Oro, para después hacer llegar el 70% a los supermercados y el resto para el mercado común, restaurantes y hoteles. La granjas poseen 1,500 vientres para producir, las hembras son inseminadas de manera artificial y pueden ser fertilizadas entre dos y tres veces al año, los cerdos se tardan 16 semana en gestarse. La empresa posee 500 colaboradores y 30 años de trayectoria.