Sobre la ruptura al interior de la MS-13

El Plan 503 surgió debido al descontento de los pandilleros salvadoreños que se sentían discriminados por sus contrapartes estadounidenses. Por ello la alusión al código telefónico de El Salvador (503).

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Foto/ Jessica Orellana

Por Carlos Ponce*

2017-05-02 8:58:46

Diversos espacios periodísticos han consignado que existe una ruptura al interior de la Mara Salvatrucha (MS-13). La operación “Jaque”, liderada por la Fiscalía General de la República, dejó en evidencia cómo la máxima estructura de mando de la pandilla se benefició económicamente de su participación en las negociaciones con el gobierno durante “la tregua” y que esto causó con los cabecillas. Dichas diferencias, de acuerdo con los reportajes, han propiciado una división profunda de la que ha surgido una nueva agrupación denominada MS-503. Las autoridades aseguran que buena parte de los homicidios recientes se debe a esta ruptura.

En una columna publicada en octubre del año pasado, discutí posibles escenarios resultantes de una división dentro de la MS-13. Advertí que la única forma en que la evidente intención de las autoridades de causar una ruptura significativa al interior de la pandilla, dependía del nivel de control que ejercieran al interior de los centros penitenciarios. Mientras los cabecillas controlen los presidios, expliqué, difícilmente serían relevados.

Las recientes requisas ordenadas por la Fiscalía, especialmente la desarrollada en el penal de Ciudad Barrios, indican que los pandilleros siguen controlando el sistema penitenciario. El tipo y la cantidad de objetos prohibidos encontrados durante los procedimientos no dejan duda.

Según los reportajes sobre el tema, los principales grupos disidentes son las clicas Fulton Locos Salvatrucha y Normandies Locos Salvatrucha. Ambas son influyentes dentro de la pandilla. La Fulton, en particular, tiene un alcance territorial atípico que le provee una cobertura a nivel nacional, en puntos estratégicos del país. Controlar la insubordinación de estos grupos, por lo tanto, implicaría un esfuerzo relativamente mayor de parte de la máxima estructura de mando de la MS-13. Sin embargo, mientras controlen los centros penitenciarios, las dificultades para lograr contener la división son mínimas.

Aunque parece lógico que los cabecillas de la MS-13 busquen neutralizar a quienes representan una amenaza para continuar al frente de la organización, hay algunas cosas que no encajan completamente sobre la versión a la que se le atribuye la perpetración de homicidios recientes. La primera es de carácter temporal. Han pasado aproximadamente siete meses desde que escribí el artículo sobre la posible división dentro la MS-13. La disidencia y descontento con los máximos cabecillas ya había detonado ataques y contra ataques para ese entonces. Ahora, siete meses después, resulta un poco extraño que no se haya podido neutralizar la amenaza, especialmente considerando que la MS-13 ha demostrado una alta capacidad para limar asperezas. El Plan 503 y el subsecuente Plan de Trabajo, explicado en correspondencias decomisadas en los presidios, son un ejemplo concreto.

La segunda incongruencia tiene que ver con esto. El Plan 503 surgió debido al descontento de los pandilleros salvadoreños que se sentían discriminados por sus contrapartes estadounidenses. Por ello la alusión al código telefónico de El Salvador (503). Las clicas Fulton y Normandie nacieron originalmente en Estados Unidos y, por lo tanto, estaban del otro lado del conflicto en esa ocasión. La respuesta de estos grupos fue lanzar el Plan de Trabajo de la MS-13, en un intento por limar asperezas. Resulta un poco contradictorio que, ahora, estos mismos grupos aboguen porque se cree una pandilla que adopte el 503. Esto implicaría un distanciamiento con sus referentes estadounidenses y los compromisos adquiridos de ese lado de la frontera.

Por estas razones, veo con cierto escepticismo la ruptura como explicación para justificar un incremento en los hechos violentos. Especialmente considerando que, a partir de este mes, las cifras delictivas no se contrastarán con el período de aproximadamente un año en que las pandillas incrementaron los hechos violentos de forma intencional a niveles atípicos. Estos elementos sugieren que la explicación es más compleja.

* Criminólogo
@_carlos_ponce