Pregunta que se hace todo deportista en competencia. No importa si es la primera o si colecciona medallas; si entrenó a medias, o al 100 %. Pregunta obligatoria culpa de revoluciones al rojo extremo, de la deshidratación en potencia, de cangrejos en los gemelos, de la urgencia por parar el reloj y celebrar semejante echada de riata.
El mes pasado, dicha pregunta nos la hicimos muchos atletas salvadoreños. Y como, más allá del Facebook, nuestros logros pasan desapercibidos, tema a desarrollar en las siguientes líneas.
Iniciemos con una maravilla de notición. El Salvador en lo alto gracias a Jorge Maravilla, quien, el 17 de abril, corrió los 42 km 195 metros de la 121 Boston Marathon, en 2 horas, 24 minutos, 28 segundos, récord cuscatleco. ¡Una bestia!
Solo 26, de las 30,056 bestias que corrieron Boston, pasaron la meta antes que Jorge; primer latinoamericano en lograrlo. Kenia se volvió a llevar la corona con 2:09:37, seguido por USA con 2:09:58 y Japón con 2:10:28. ¡Ya casi, Jorgito!
Jorge es el hijo de una hermana lejana, parte de los más de 2 millones que no han aguantado el ácido en su pueblo, y decidido probar suerte al otro lado del río.
La madre y el campeón se instalaron en el valle californiano de San Joaquín, y en lo que mami cortaba uvas, el cipote corría por los campos.
Para conquistar el Sueño Americano, se necesita estudiar, o en deporte brillar y Jorge, en tercer grado, brinca a la fama en atletismo al dejar comiendo polvo a los mayorcitos.
En 2009, para celebrar sus 30 abriles, Maravilla corre su primera ultra maratón de 50 km, y pasa la meta con contratos de patrocinios bajo su brazo. En 2011, decide correr 100 km, y justo después del ¿Dónde Pu&%# está la meta?, la cruza en 18 horas 48 minutos, quedando Campeón Mundial en dicha prueba extrema. ¡Viva El Jalvador!
En abril, ¿Dónde Pu&%# está la meta? también se preguntaron ocho paisanos en Houston, durante un Ironman 140.6 millas que equivale a nadar 3.9 km, rodar 180 k y correr lo que corrió la Maravilla cuscatleca en Boston. Una ultra locura, sufrir gozando, tan adictiva como la morfina.
Este escritor considera que es mejor gozar sufriendo, razón por la que prefiere gritar ¿Dónde Pu&%# está la meta? en medias Ironman 70.3, lo que equivale a 1.9 km como delfín, 90 k de diversión entre las piernas y 21 k en Dodge patas.
El 23 de abril, 15 triatletas salvadoreños, gozamos sufriendo en el 70.3 de Lima. Unos en busca de su récord personal; otros, más aficionados al pisco sour que al personal récord; fulano en completar su primera triatlón; mengano, enfocado en dejar comiendo polvo a su rival; zutano, en quedar bien con sus patrocinadores; perengano, en busca de un slot en el mundial; perencejo, en pescar fotos para subir al Feis.
¿Mi propósito? Salga lo que salga. Llegué con el cuerpo lesionado, pero puede más la mente, misma que estaba en peace & love gracias a mi barra, mis vibras positivas, mi masajista, mi cachiporrista??? mi mujer.
Feliz como una lombriz por la compañía, por la dicha de estrenar mi negrita suiza en competencia, por la belleza natural del océano y acantilados limeños, por estar ahí y no en un hospital.
Suena el disparo, y 1,600 triatletas de 40 países, el Pulgarcito presente, al agua (templada) pato, en traje de foca. Habiendo comprobado que el homo sapiens es anfibio, a rodar se ha dicho, antes de correr a la orilla de la mar.
DURO, DURO fue el mantra que repetí de principio a meta, mismo que me sacó del agua en tiempo satisfactorio, rompí mi récord personal en la bici y corrí avispado, a pesar de un tendón reventado.
Lo que salió fue cuarto lugar en una categoría de 82 dementes; “bola de viejos”, como nos despidió al agua el animador.
Lo que salió es, junto a “la viejona” Vilanova poder gritar, por segunda vez, ¿Dónde Pu&%# está la meta? en el Campeonato Mundial 70.3, septiembre próximo, en Chattanooga, Tennessee.
Busco patrocinios, ofertas al in box.
* Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com