La semana pasada, cuando más 15 países democráticos solicitaron una convocatoria del Consejo Permanente Extraordinario de la OEA, para analizar el caso de represión generalizada por parte del gobierno venezolano contra los ciudadanos, el gobierno de ese país optó por iniciar su salida del organismo internacional.
Un día antes, la señora canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, solicitó a la presidencia pro-témpore de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), en manos de El Salvador, una reunión extraordinaria “de urgencia” para tratar como tema único: “las amenazas contra el orden democrático constitucional en la República Bolivariana de Venezuela, así como las acciones intervencionistas contra su independencia, soberanía y autodeterminación”. Apenas minutos después de realizada dicha solicitud, el gobierno del presidente Sánchez Cerén respondía afirmativamente a la canciller venezolana.
Cualquier persona decente y que abrigue principios democráticos, pensaría que en esa reunión de la CELAC se colaboraría para elaborar la hoja de ruta que permita salir de la terrible crisis humanitaria en que se encuentra Venezuela, y que pasa por restituir la ruptura del orden constitucional, celebración de elecciones para un cambio de gobierno y liberación de los presos políticos.
Pero conociendo que la señora Rodríguez es otro soldado del régimen de Nicolás Maduro, sabemos que dicha reunión será todo, menos la búsqueda de una salida democrática.
Hasta el martes de la semana pasada, la violencia generada por Nicolás Maduro en represión a las marchas pacíficas organizadas por sus opositores, había dejado 26 muertos, más de 400 personas heridas y más de mil 200 capturados, algo insólito en un país democrático, pero cada día más común en la Venezuela que gobierna Maduro.
Esta última reacción de la población venezolana, que se tradujo en marchas multitudinarias en las últimas semanas, se dio a partir de que el Supremo de ese país emitiera una sentencia con la que asumía las funciones del parlamento, y aunque Maduro debió retroceder en esa decisión dos días después, parece que esa fue la gota que derramó el vaso.
El chavismo, que se ha caracterizado en redactar las leyes a su antojo, mantiene una medida de desacato y anulación sobre el parlamento, y el Consejo Nacional Electoral sigue sin convocar a elecciones de alcaldes y gobernadores, que se debían haber realizado desde diciembre pasado.
Luego de cuatro años en el poder y a pesar de que un 76 % de la población clama por un cambio de gobierno, Maduro se mantiene por el respaldo de los militares, encabezados por el ministro de la Defensa Vladimir Padrino, a través de la entrega de importación de alimentos, fábricas, canal de televisión, un banco, una ensambladora de vehículos y una constructora, entre otros, que vienen siendo el pago a los militares para mantener oprimida a la población.
Para vergüenza del mismo Libertador, los militares son responsables de armar y entrenar a civiles, para que al igual que ellos, repriman a la población a través de la fuerza bruta y las armas.
Maduro en cuatro años no ha sido capaz de solucionar las necesidades de los venezolanos y al contrario, lo que se ha visto es cómo burla a las instituciones del Estado, a sus opositores y a los poderes públicos, además de que ha elevado a porcentajes escandalosos la escasez, inflación y la violencia. A la oposición venezolana, que está representada prácticamente por toda la población, le debe de quedar muy claro que el apoyo que el gobierno de El Salvador da al de Nicolás Maduro, muy a pesar de las graves consecuencias que como país nos trae, solo los representa a ellos y a su partido político.
Hace menos de dos semanas, varios grupos parlamentarios en la Asamblea Legislativa, logramos la aprobación de un pronunciamiento ante la crisis, violación de DDHH, tortura sistemática y otras graves violaciones a los derechos de los venezolanos por parte del régimen.
Venezuela debe saber que, quienes nos mantenemos fieles a las proclamas de la democracia, estamos del lado del pueblo, de la ciudadanía que hoy por hoy es la oposición.
* Diputada de ARENA.