A través del tiempo se ha visto como la mujer ha ido retomando roles que solo eran destacados para hombres en el ámbito laboral e intelectual, entre otros aspectos, sin dejar su lado maternal.
Tal es el caso de Sayda González, de 42 años, que con el tiempo ha tenido que aprender sobre supervivencia, adquirir la habilidad y las destrezas de un hombre para enfrentar la vida y dar aliento a sus tres hijos, unos ya adolescentes.
Cuando tenía 37 años se dio cuenta que el trabajo agrícola, aunque mal pagado, no solo le permitía estar más tiempo en su casa con sus hijos, sino poder ganar más dinero del que recibía trabajando en una maquila.
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Esta madre de familia ha tenido que ingeniarse realizando trabajos que requieren de mucha fuerza como es la tala de árboles, construir cercos, cargar postes de cemento, cambiar techos de tejas, entre otros, para dar estudio y educación a sus hijos.
Sayda nunca pensó que ayudaba a su padre cuando tenía ocho años, sería lo que le permitiría realizar trabajos de albañilería, construcción y conocimientos de agricultura, que le permiten llevar el sustento a su hogar.
Esta laboriosa señora es parte de las 627 mil 834 mujeres que son jefa de hogar, según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2015, de la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc).
Además, esta trabajadora es un ejemplo de cómo en el país hay mujeres que tienen que ingeniárselas solas para educar a sus hijos.
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Para la historiadora, Josefina Vanegas, en la división de tareas clasificadas por la sociedad que se da para hombres y mujeres, muchas veces las tareas que realizan estas últimas, no eran consideradas como trabajo.
Según el censo de 1930, en el que las profesiones y oficios tenían una división de género, se encuentran los trabajos agrícolas que solo estaban destinados para hombres; pero que probablemente se invisibilizaba a la mujer, “ es decir, las tareas agrícolas se realizaban, pero no eran vistas como trabajo, si no como tareas de apoyo”, explicó.
Según la Digestyc, en el censo del año 2015 solo 3.6 % de las mujeres trabajan en la agricultura, ganadería, casa y silvicultura (actividades relacionadas con el cultivo, el cuidado y la explotación de los bosques y los montes).
Dentro de la humildad y sabiduría, adquirida a través de la experiencia, esta madre ha tenido que recurrir a tareas pesadas del área rural, ya que es mejor pagado, ganando entre 6 a 8 dólares diarios, según la fuerza que se requiera y el tiempo en el que se desarrolle.
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Uno de sus objetivos, junto al esfuerzo de sus dos hijos varones de 16 y 21 años, es que su otra hija de 18 años finalice el bachillerato en Hostelería y Turismo.
Esta meta es prioridad para ella, sobre todo, porque con el séptimo grado que logró sacar, sus oportunidades para conseguir un empleo mejor remunerado se esfumaron. Sayda no quiere que su hija replique su trabajo, sino que sobresalga y tenga mejores oportunidades.