Sofía es una laureada atleta que comenzó desde 2008 a forjar un camino de éxitos y muchas emociones en las artes marciales y la gimnasia. En la actualidad sigue practicando deportes de manera intensa, con una disciplina que resta el aliento a cualquiera.
“Cuando era pequeña (4 años aproximadamente) recuerdo que me gustó ver las competencias y luego practicarlo”, manifestó Sofía. En enero de 2008 entró a kenpo karate, su primer deporte; también hizo gimnasia artística. Su padre, José Orantes, quería que su hija aprendiera a defenderse, pero sobre todo, a tener una disciplina.
También hay otros deportes que a Sofía le gustan, como la lucha y el judo, ya que ambos deportes tienen llaves, y le encanta cómo se proyectan dichos movimientos en las canchas. Hoy en día practica paralelo al karate, el atletismo (salto largo y 300 metros planos de relevo) en el Liceo Salvadoreño, institución donde estudia sexto grado.
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“A mí me gustó más karate, pero solo hace un tiempo dejé la gimnasia. El karate es un deporte de contacto, y la gimnasia me ayudó para tener más flexibilidad en las piernas, así, pude levantar la pierna más en los combates; eso hizo que me dieran más puntos”, dijo Sofía.
En kenpo karate casi siempre peleó con chicas de mayor edad y tamaño, pero de esa manera logró quitare el miedo a competir y a crecer, y ello la motivó y la preparó con el paso del tiempo para ser una mejor atleta. La modalidad de kenpo le ayudó básicamente a ser fuerte, y más resistente. Ahora que está en karate los conocimientos adquiridos le ayudaron para desenvolverse mejor.
Una de las peleas que Sofía más recuerda es en 2011, donde en una final de torneo ella clasificó siempre con lo justo en cada pelea, mientras que la otra rival llegó con marcadores más holgados a la final. Sofía perdió 4-3 contra su rival que la superaba físicamente, pero se repuso de un 3-0 para complicarle las cosas y llevarse la plata con mucho honor.
“Siempre que pelea con niñas grandes (mayores en edad y peso), se crece”, dijo su padre José Orantes.
Fuera de la preparación física, Sofía comenta que en lo psicológico, su sensei, Oswald Mata le enseña a no tener miedo, ya que el miedo es un factor que paraliza a cualquiera en combate.
“Hay que entrar siempre con la mente en alto y pensar que vas a ganar, si piensas que vas a perder te irá mal. Juego ajedrez y damas en la computadora; sin embargo pocas veces puedo hacerlo ya que las tareas escolares me restan mucho tiempo para ello”, manifestó Sofía.
Aunque Sofía tiene la agenda bien apretada, solo los días en que se encuentra en examen deja de practicar atletismo. Pero si la semana en el colegio es demasiado intensa, llega hasta sacrificar alguna hora de karate, pero no deja de practicarlo nunca.
“Para mí como padre esta iniciativa de ponerla a ella en karate representa un viaje, ha sido un viaje donde la he visto crecer, llorar, celebrar, estar eufórica por la victoria. Lo hemos disfrutado mucho con mi esposa, quien también la ha apoyado todo el tiempo”, manifiesta José, su padre.
Los compañeros de colegio de Sofía siempre la apoyan, todos le dicen siempre que le eche ganas, que no se rinda, y que continué a pesar de las dificultades; son un apoyo constante.
El día domingo es el único en donde Sofía se permite descansar. De momento solo piensa hacerlo bien en CODICADER, pero cuando aprueben como deporte olímpico al karate, quiere estar ahí también, representando a nivel mundial al país.
“Jorge Merino es una gran persona, siempre llega a ver las competencias, él siempre está pendiente de los combates y de apoyar a cada atleta, es un ejemplo para mí, lo admiro mucho”, finalizó Sofía.
Mira esta pelea de Sofía, su primer en Guatemala, en el año 2011: