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Algunos pidieron el encarcelamiento de la expresidenta Dilma Rousseff, que ahora enfrenta cargos de corrupción.
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Cientos salieron protestar contra la corrupción y expresar su indignación.
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La investigación, conocida como Operación Autolavado, ha descubierto una enorme escala de la corrupción.
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Portaron carteles con mensajes como “el pueblo contra la corrupción” o “el poder emana del pueblo”.
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El escándalo ha tocado ya el gabinete de Temer, seis de cuyos miembros han renunciado.
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Acusaciones de corrupción contra funcionarios y ex funcionarios parecen aflorar cada semana.
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Los manifestantes representaban una vasta sección de un Brasil profundamente dividido.
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Según autoridades Militares unos 4.000 manifestantes asistieron a las protestas.