El asesinato de Sergio Casco González -un hombre que se ganaba la vida con la crianza de tres vacas- ha provocado más zozobra entre los habitantes del cantón Las Lomas, de San Bartolomé Perulapía, en Cuscatlán.
El señor tenía 68 años y era muy estimado en esa zona; la cual es asediada por pandilleros, quienes están tras la desaparición de varias personas y la migración forzada de decenas de familias, según las autoridades.
Casco fue acribillado a balazos, la tarde del sábado, cuando llevó su ganado a pastar a un potrero situado a medio kilómetro de su vivienda.
El forense determinó que tenía múltiples heridas de bala en la cabeza y presentaba laceraciones en la espalda.
Al hombre le sobreviven su esposa,con quien estuvo casado 42 años, y seis hijos.
La mañana del domingo, durante el velorio, algunos parientes y vecinos de la víctima recordaron que él con mucho sacrificio logró sacar adelante a su familia.
Los lugareños aseguraron que no tenía vicios, no se metía en problemas y, hasta donde sus parientes sabían, tampoco había recibido amenazas de muerte. Por ello no se explicaban porqué fue asesinado con saña.
Las autoridades manifestaron que aún no manejaban una hipótesis sobre el hecho.
“Lo que pasa aquí es parecido a lo de Caluco”
En la entrada al cantón Las Lomas, donde residía Sergio Casco González, hay un rótulo colgado con el que el Gobierno anunció que, el 11 de marzo pasado, el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, llegaría a realizar a San Bartolomé Perulapía el Festival de Buen Vivir.
Para algunos moradores, es irónico que las autoridades hayan llegado a colocar el anuncio promocionando al presidente, pero muy pocas veces se les ve acercarse a dar seguridad a la zona, pese a que desde hace varios meses es controlada por pandilleros.
El temor que ejercen estos grupos delictivos ha hecho que el cantón luzca desierto a cualquier hora.
La mayoría de habitantes prefiere encerrarse en sus casas. Si alguna persona se ve en la calle se muestra desconfiada con los extraños, aunque solo se le hayan acercado a preguntarle una dirección.
“Lo que pasa aquí es parecido a lo de Caluco”, relata un hombre, tras entrar en confianza con los periodistas.
Esto en referencia a las amenazas que, en septiembre pasado, hicieron pandilleros en el cantón El Castaño, del municipio de Caluco, Sonsonate.
Esa situación obligó a decenas de familias a abandonar sus casas y a la escuela a suspender las clases por tiempo indefinido. Ante las denuncias, intervinó la Policía y el Ejército.
La mañana del domingo, algunos pobladores del cantón Las Lomas, de San Pedro Perulapía, dijeron que la zona ha sido escenario de varios homicidios.
Además, en lo que va del año, han desaparecido no menos de seis personas. También ha habido un éxodo, muestra de ello es que hay varias casas abandonadas.
El homicidio de Casco ha dejado atemorizados a varios vecinos, quienes también están considerando marcharse.