CHALATENANGO. Dos equipos urgidos, con problemas en todas las áreas, tanto en la deportiva, como en la administrativa, se midieron, ayer, en Chalate. Cuando sonó el pito del árbitro, no se movió el balón precisamente como símbolo del descontento por las situaciones laborales que atraviesan.
El conjunto local lo hacía con el agravante que la situación económica ya es insostenible y los jugadores se han visto en la penosa situación de iniciar un proceso de demandas. El resultado, en la cancha hubo muy poco fútbol en un primer tiempo plagado de errores, con buenas intenciones de los dos equipos de ir hacia el frente, pero con poca claridad para lograrlo.
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Un par de remates de Sonsonate, sobre el cierre del primer tiempo, y una ocasión para Cubilla y otra para Díaz, por parte del Chalate, fue de lo poco rescatable. Intentaba el conjunto morado empujado por una afición que, si bien no llegó como en los tiempos de gloria, sigue creyendo en los jugadores. Pero chocaba con el dispositivo de piernas que mandaron los cocoteros en el medio.
De hecho, fue un poco mejor la visita en cuanto el control de balón, pero acaso tuvo menos profundidad en el último cuarto de la cancha. Para la segunda mitad, fue Sonsonate el que tuvo la primera opción, tras una pifia defensiva. La bola le quedó a Barahona en solitario dentro del área, a un costado. Podía perfilarse para disparar o centrar. Buscó lo segundo y lo “resolvió” de pésima forma.
Y en la siguiente acción, Chalate pegó. En una contra de Díaz, este recibió falta y Héctor Cruz sorprendió en el cobro de un tiro libre a larga distancia que se coló pegado a un poste. Poco después, Chalate pidió penal por supuesta falta sobre Pérez, pero el réferi dijo “juegue”. El gol le sentó bien a los locales, que comenzaron a llevar más peligro.
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Sin embargo, también la tuvo a balón parado el Sonso, sobre el 55?. En un tiro libre, se olvidaron de Adán Reyes, quien cabeceó sólo dentro del área chica, pero desviado.
Quiso animarse Sonsonate, pero la labor de relevo de los morados fue bastante efectiva para poder desarmarle, y, cuando no funcionó, apareció Carrillo en unas y Cruz, en otras, para barrer o despejar a tiempo. Además, en la media le faltaba a los cocoteros alguien que hiciera diferencia, que se inventara un pase filtrado, o que con una gambeta dejara a un rival para crear desequilibrio.
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Sobre el 69?, surgió la polémica porque se iba Cubilla cuando lo bajó Moisés Mejía. El central dudó, pero luego de consultar con el línea, le mostró roja directa al defensor porque era el último. Con ello, Chalatenango la tuvo más fácil, pues si estaba ganando en la media y atrás con los relevos, ahora con un hombre más podía terminar de ahogar y de hundir a los cocoteros.
Sin embargo, casi ya no llegó, apenas un disparo de lejos de Rodríguez que terminó en las manos de Contreras. Pero, lo más importante, no le llegó tampoco Sonsonate. Los cocoteros sumaron su octavo partido sin ganar, y su cuarta derrota consecutiva. Para los chalatecos, fue un bálsamo que les permite mantener la misma ventaja sobre Dragón y aumentarla ante Universidad en la lucha por no descender.