Pintura de paredes, murales con dibujos, refacción de aulas, arreglo de techos y baños, instalación de juegos infantiles… Esas y otras cosas recibió, como regalo del cielo, el Centro Escolar San Juan Los Planes, en Quezaltepeque, uno de los grandes beneficiados de la Segunda Semana del Voluntariado que realiza Grupo Unicomer.
Es apenas una pequeña muestra de lo que el grupo hizo la semana pasada en los 24 países donde opera, incluyendo Centroamérica, Sudamérica, Caribe y Estados Unidos. En el caso de El Salvador, los voluntarios trabajaron en la revitalización de la infraestructura del centro escolar, lo cual dará mejores condiciones a más de 400 alumnos. También mejoraron un área de recreación en el Parque Bicentenario, entre ellos la zona de picnic, trabajos de pintura, construcción de mesas y senderos e instalación de bancas. Todo de la mano de Glasswing y Salvanatura, respectivamente, dos socios estratégicos importantes.
“En Unicomer el tema de voluntariado es algo que reforzamos mucho, consideramos que nuestra gente puede y quiere ser parte de los cambios positivos que se hacen en los diferentes países donde estamos, por eso desde el año pasada creamos la Semana del Voluntariado y ahora lo estamos repitiendo”, explica Lucrecia Bettaglio, gerente de Responsabilidad Social de Grupo Unicomer.
Luego agrega: “Hemos integrado el concepto de responsabilidad social empresarial en el corazón de nuestro negocio. El año pasado lo hicimos en 21 países, ahora son 24 porque se agregaron tres más a la operación. Es una semana en la que todos los países seleccionan diferentes proyectos de voluntariado y se está yendo a estas actividades. En total son 1,500 colaboradores y más de 12,000 horas de voluntariado”.
Desde Aruba a Paraguay, desde Jamaica a Ecuador, Grupo Unicomer -cuyas marcas más reconocidas son La Curacao, Almacenes Tropigas y Radio Shack, entre otras- invirtió en esta acción de responsabilidad social unos 360,000 dólares, además de las horas de lo voluntarios. En el caso específico de El Salvador, fueron $ 25,000 (19,000 en el centro escolar y 6,000 en el Parque Bicentenario). Trabajaron en ambos proyectos 150 voluntarios, más la participación de los voluntarios comunitarios.
“El centro escolar tenía mucha necesidad de mejorar su infraestructura, así que trabajamos en pintura, murales para darle vida a la escuela, agregamos juegos en los jardines. Y, para casos como arreglos específicos en techos y baños, tuvimos a profesionales, que hacen no lo pueden hacer los voluntarios”, sostiene Bettaglio, quien era una más entre el mar de voluntarios y vecinos, pintando los juegos infantiles o las paredes del lugar.
“Hay un compromiso grande de la empresa, porque se hace un día de semana y un día de fin semana. Unicomer está dando el tiempo, ya que los empleados, en vez de estar en la oficina ese día, están en el campo como voluntarios”, concluye Lucrecia Bettaglio.