La primera vez que lo vi jugar fue en el 2000
Quizás tenía él como 10 años
Hoy me entero que eran recién cumplidos
Pesaba unas 50 libras a lo mucho
Pasaba a duras penas el metro de estatura.
“Se lo harán levantado”, me dije
Los primeros compases, brillantes
Se escurría como agua entre las manos
A veces creo que el viento le ayudaba a desplazarse
obvio, más rápido.
Quedé impresionado
No podía creer que a tan corta edad, jugara con ambas
Sí, ambas piernas
Eso, era muy extraño
Su repertorio favorito eran los túneles y sombreros
Sí, con qué bronca se quedaban los marcadores
El vestuario, era de menos
Lo vi gambetear en camisa de algodón
Y a veces, en guayabera
De esas que usan los peluqueros
Zaz, zis, zas, zis; así cortaba el viento el pequeño
Nunca lo vi, pero seguro una vez…
… a alguien, se le metió entre las piernas y lo dejó
No solo era muy liviano
Era rápido, parecía un ratón
Un día, tras tener al fin la oportunidad de jugar, lo enfrenté
Tenía un amigo que le decían “Maradona”
Ese chico también era muy bueno
Redondo, pero hábil de pies
Un día, me tocó encarar al chiquito
Fue horrible
Primero, me comí un tunelito
Otro día, un autopase
En otra vez, un sombrerito
Un día, me pareció el colmo
Me metió un gol olímpico
Yo fui arquero ese día
Sacó un córner, y listo
No lo podía creer
Sobretodo, por la distancia (corta)
Pero su pie muy pequeño, y el balón de plástico, le favorecieron
Hasta aprendí algunos movimientos de él
Conforme fuimos creciendo, vi cómo su repertorio fue más difícil de discernir
Siempre encontraba la manera de humillarnos
Los últimos días, encontraron la manera mis amigos
Ya ni veían el balón, querían levantárselo a como dé lugar
Y él, 9/10 se zafaba
No crecía nada, ni en peso, ni estatura
Pero sí en habilidad
Más tarde, cuando no coincidí más con él
Supe que la rompía en una escuela de fútbol
Quién sabe desde cuándo
Seguro, hace mucho
Un vecino de él, una vez me contó que fue a Sevilla
A probarse, hace como 10 años, un poco más
Pensé que se quedaría en tierras andaluzas
Pero no pudo ser
Años después, cuando ya no le recordaba más, lo vi
En la tevé, jugando en Primera División
Me froté los ojos, investigué
Sí, era él
El pequeño
Dicen que fue a Argentina, a probarse
En un club, donde según la gente, su hinchada era difícil
Parece de cuerpo policial el nombre:
Defensa y Justicia
“Los Halcones, les dicen”
Un club joven, apenas tiene 39 años
Doce más que el pequeño
Un día, lo vi jugar en la Selecta
Me sentía muy contento de verle ahí
No ha sido convocado más, curiosamente
Ya tiene varios clubes en su currícula
Y no se detiene
Siempre es pequeño, no tanto como cuando lo conocí
Pero un enorme regateando, enorme
Y es que uno, no todos los días puede decir:
“Jugué contra Edwin (El Inter) Sánchez”