??ngela reta cada día a la adversidad saliendo a vender

La historia de esta septuagenaria es un verdadero ejemplo de esfuerzo y laboriosidad para la juventud

descripción de la imagen

??ngela vende petates, pomadas y especias en Chapeltique, pero apenas gana para su comida.  

/ Foto Por Insy Mendoza

Por Insy Mendoza

2017-03-05 11:30:00

Los dolores en su cuerpo y todas las dificultades que enfrenta cada día no han sido un obstáculo para que Ángela Rivas, de 75 años y originaria de municipio de Gualococti, departamento de Morazán, continúe trabajando para así ganar dinero y poder comprar sus alimentos. 

La historia de esta septuagenaria es un verdadero ejemplo de esfuerzo y laboriosidad para la juventud.

Esta mujer viaja todos los días lunes y sábado hasta  la ciudad de Chapeltique a vender  petates, pomadas, especias, ajos, jabón, pastillas, orégano y chile, entre otros artículos. 

Ángela sabe que para esos días es cuando las ventas están mejor en la zona.

Durante los otros días de la semana sus pies la llevan  a los caseríos y cantones de Gualococti, en donde aprovecha para ofrecer manteles, toallitas y también especias.

Lea también: María siempre recibe con una sonrisa a los turistas en su casa de botellas

Según cuenta,  ella empezó a trabajar fuerte desde  los 5 años, porque sus padres no quisieron enviarla a la escuela.

 “Para ellos, era mejor agarrar el machete y trabajar, así me criaron, y hoy me lamento con dolor en el alma de no haber estudiado ni el cuarto grado. No sé leer ni escribir, y eso me da pena. En el momento que tengo que firmar algún papel, pongo mis huellas”, agregó Ángela.

Estuvo casada, es madre de 12 hijos, de  los cuales dos murieron antes del parto. El resto vive y, contrario a lo que hicieron sus padres, ella sí los envió a la escuela, para que no tuvieran que pasar vergüenzas por no conocer ni una letra, aseguró.

Le puede interesar: Ella ha diseñado 2,304 vestidos de novia, ninguno para ella

“Mi Padre Celestial me da fuerzas para seguir luchando. Vivo sola, tengo que salir a las calles a vender, a conseguir para comprar la tortilla y la sal, pero lo hago de forma honrada”, agregó la mujer.

Sin embargo, la situación económica que prevalece en nuestro país también la está afectando: Ángela dice que no se vende mucho y le preocupa, pues eso la obliga a comer solo uno o dos tiempos al día.