A inicios de la década de 2000, la gimnasia salvadoreña vivió un “boom” de niñas talentosas y, entre ellas, brilló con luz propia Vilma Meléndez. Siguió los pasos de su hermana mayor, Karla, quien ya practicaba esta disciplina, y luego la pequeña Vilma se lanzó de lleno a la gimnasia artística “porque me parecía divertido dar vueltas, saltar y poder estar de cabeza”. Alegría y calidad para enfrentar los complicados aparatos de piso, barras asimétricas, salto de potro y viga de equilibrio.
Sin abandonar sus estudios en el Externado San José, Vilma se metió de lleno a la gimnasia en 1996, con ocho años. Cuatro años después, ya era seleccionada nacional, y se mantuvo en la elite salvadoreña de 2000 a 2006.
En el camino, Vilma acumuló 92 medallas y 12 trofeos, llegó a ser campeona nacional en “all around” y distintos aparatos, y compitió en diversos eventos gimnásticos en Guatemala, República Dominicana, Costa Rica y Brasil, entre otros países.
Entre cientos de anécdotas para recordar, Vilma comenta que “el momento más memorable de mi carrera fue el sentimiento al entrar a la inauguración de los Juegos C.A. y del Caribe de 2002, en El Salvador, en el ‘Mágico’ González. Escuchar y ver a toda la afición gritando ‘¡El Salvador, El Salvador!’, fue una recompensa instantánea a los esfuerzos, lágrimas, golpes y todos los sacrificios personales y familiares por el deporte”, narra.
Practicar una disciplina tan exigente como la gimnasia es algo que Vilma agradece ahora, pues le ayudó a formarse como persona.
“De lo mejor de mi vivencia como gimnasta son mis amigos-compañeros de equipo, que a la fecha tengo como amigos (nacionales e internacionales). La gimnasia fue mi segundo hogar por 10 años. La persona fuerte que me hizo ser, los valores, disciplina y determinación que me han servido en todos los ámbitos a lo largo de mi vida”, explica Meléndez.
En 2005, Vilma formó parte del equipo nacional femenino que compitió en un Prepanamericano en Río de Janeiro, Brasil, y lograron el boleto para competir en los Panamericanos de 2007, en la misma ciudad carioca. Infelizmente, Meléndez no llegó a participar en dicho evento, pues se retiró del deporte en 2006, muy desmotivada.
Sobre esa dura etapa, Vilma recuerda que fue desagradable “el sentimiento que me encontré varias veces, de no sentirme valorada como gimnasta, ni tener la oportunidad de demostrar como atleta cuando se seleccionaba a las que representarían al país, por favoritismo e influencia de papás en junta directiva, y no por oportunidad de desempeño deportivo; fue fuerte y triste ir perdiendo poco a poco la motivación por esforzarse más por el deporte que tanto amas”, reflexiona hoy.
¿Qué hace?
Después de graduarse en 2005 como bachiller del Externado, “en 2006 inicié mis estudios universitarios en la Universidad Centroamericana ‘José Simeón Cañas’ (UCA), donde llevé solo en el primer semestre la gimnasia a la par del estudio. Me retiré ese mismo año 2006 del deporte, y obtuve mi título como arquitecta en 2011”, comenta hoy Vilma Meléndez, arquitecta de profesión.
Llevar el deporte a la par de la exigencia en la UCA se le hizo imposible. “La demanda de trabajo en la universidad dificultaba asistir a los entrenos, el cansancio sin dormir por la carrera volvía más riesgosos mis entrenos, con más probabilidades de lesionarme; los sacrificios se volvieron mayores y al mismo tiempo comencé a desmotivarme por todos los problemas federativos”, explica sobre esa etapa de su vida.
“En 2014 me mudé por un año a Barcelona, España, donde estudié el máster de ‘Retail Design’ (diseño del espacio comercial) en la Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona. Me gradué en 2015 y retorné al país”, añade sobre su trayectoria.
En la actualidad, Vilma es una exitosa arquitecta y se desempeña como “coordinadora de diseño en una empresa de alto prestigio, desarrolladora de grandes proyectos de ingeniería y arquitectura en el país; al mismo tiempo soy arquitecta independiente. Mi tiempo libre lo dedico a mi familia, sobrinos, novio y amigos; además amo y trato de viajar constantemente”.
Finalmente, hizo una recomendación a la Federación de Gimnasia: “Se necesita directivos que no sean padres de atletas y que sepan de gimnasia; técnicos expertos en el deporte y sin intereses personales; capacitación continua para jueces y entrenadores; apertura y masificación de búsqueda de talentos; cosechar por parte de los entrenadores a los atletas por igual, sin favoritismos; tener fondos, apoyo de las autoridades para mantener óptimas instalaciones y renovar aparatos periódicamente; que los atletas puedan tener fogueos y apoyo que facilite el desarrollo personal, deportivo y profesional”. Voz de una ex gimnasta que dio todo por el país durante diez años.