El FMLN promueve, propaga y difunde por todos los medios, mediante sus acciones, y hoy, con todo el poder del gobierno, la cultura del odio, la división de clases, y la ponzoña de poner al hermano contra el hermano.
Sus armas ahora no son bombas y balas, sino la manipulación de la vida de los ciudadanos, para decir -de todas las formas posibles- que el problema de los pobres son los ricos, y que los problemas del país se deben a ARENA y a quienes no pensamos como ellos. Esa actitud la vemos a diario en la Asamblea Legislativa, con el doble discurso que manejan el gobierno, diputados y grupos de fachada del FMLN.
Todos sabemos que el FMLN no es confiable, nunca cumplen su palabra, porque no la tienen, para ellos, siempre el fin justifica los medios (si había que asesinar, asesinaban; si había que secuestrar, secuestraban; si hay que pactar con los mareros para ganar unas elecciones, lo hacen; y, si después tiene que montar un fraude, lo hacen).
La única realidad es que quieren el poder total para imponernos sus ideas fracasadas y que la mayoría de salvadoreños rechazamos. Aquí no queremos socialismo del siglo XXI, ni ningún esquema totalitario que terminan en lo mismo: empobrecen y hunden a los pueblos. Ningún salvadoreño en su sano juicio votó para tener el desastre de país que hoy tenemos.
Sánchez Cerén no tiene la legitimidad ni el liderazgo como para ser el promotor de unos “Segundos Acuerdos de Paz”, por eso recurre a la buena voluntad y la imagen de la Organización de las Naciones Unidas, para que le dé un poco de credibilidad a su desgastada imagen.
El FMLN y su maquinaria de propaganda están tratando de vendernos la necesidad histórica de unos “Segundos Acuerdos de Paz”, que no es otra cosa que un intento para compartir con todos los sectores de la vida nacional el rotundo fracaso que tienen como gobierno.
El FMLN, en sus más de siete años ha convocado, al menos en una docena de veces, a todos los sectores de la vida nacional a unirnos para solucionar el problema de la delincuencia, para terminar con la violencia y que el pueblo salvadoreño viva con seguridad.
Con lemas: “Unir-Crecer-Incluir” y “Unámonos para crecer” es lo que menos han hecho estos gobiernos del FMLN, su apuesta ha sido dividir, y cómo puede ser de otra manera si a su faro, Venezuela, le aplauden que se confisque el aparato productivo, lo castren, se acaben el mercado y, por ende, con la producción. Al hacer esto lograron un milagro económico al revés, transformando ese rico país en una fábrica de pobreza, sometido a la violencia, una nación dividida; no obstante eso, el pueblo sigue tomándose las calles con una alegría y con la esperanza de volver al camino democrático.
Hoy se agarran del 25 aniversario de los Acuerdos de Paz para, a puro “marketing”, entusiasmar a la gente con que hoy sí, la cosa es de verdad, y todos debemos unirnos contra la delincuencia.
Desafortunadamente, con estas convocatorias del FMLN, una y otra vez, siempre pasa lo mismo, todos los sectores empresariales, tanques de pensamiento, partidos políticos, iglesias, acudimos al llamado “patriótico”, donde escuchamos un gran discurso, hablan del gran plan que tienen y del cual todos debemos ser parte, le ponen un nombre rimbombante, se toma la foto, el FMLN hace publicidad y sorpresa… a los días salen con que necesitan más fondos, porque lo que hay nunca alcanza para el gran desafío a enfrentar.
En ese momento el problema se pasa a la Asamblea Legislativa, con algún paquete de impuestos o préstamos “urgentes” para defender a la población de la delincuencia. Cuando en ARENA nos oponemos a seguirnos endeudando se nos tira encima todo el aparato de propaganda del gobierno acusándonos de obstaculizar y conspirar con “golpes de estado suaves”.
La discusión misma sobre las condiciones que pone ARENA para usar adecuadamente los fondos destinados a programas de seguridad, le sirve al FMLN para dos propósitos: uno, culpar a otros de su incapacidad para resolver el problema, y dos, para que la opinión pública cambie de tema, y en lugar de hablar del problema real que es la delincuencia, lo desvía hacia la idea irreal de que hay criminalidad porque ARENA no da recursos para combatirla.
El FMLN podrá tener todo el dinero del mundo, como lo tuvo el chavismo en Venezuela, y con toda certeza fracasarían, porque estos, así como los chavistas están cortados con la misma tijera de la incapacidad total.
Así ha funcionado el FMLN y así funcionará siempre, porque nunca van a reconocer que tienen una forma distorsionada de ver el mundo (la lucha de clases), la cual cuando se lleva a la práctica en un gobierno, solo produce pobreza, violencia e incertidumbre.
El principal problema que tenemos en El Salvador, no es la falta de voluntad política por parte de ARENA de resolver los grandes problemas del país, pues nuestra razón de ser es el bienestar del Pueblo Salvadoreño.
El principal problema de El Salvador es que estamos sufriendo al peor presidente de nuestra historia, que a su ilegitimidad le suma el hecho de estar acompañado de ministros incapaces que solo tienen el objetivo de perpetuarse para siempre en el poder, como lo hacen este tipo de regímenes.
*Diputado.