La calificadora de riesgo estadounidense Fitch Ratings le bajó el miércoles la nota a El Salvador. “Y eso? Cómo me afecta a mí?”, dirán muchos que leen la noticia sin entender a qué se refiere la agencia. Carolina Alas de Franco, licenciada en Economía e investigadora del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, nos ayuda a entender cuáles son los efectos que percibirán los ciudadanos en el mediano y largo plazo con esta medida, aparentemente lejana para nuestra economía familiar.
1. Reducción del beneficio en programas sociales. Con una nota crediticia más baja, el Gobierno deberá pagar más tasas de interés por los préstamos que tiene y los que adquiera a futuro a nivel internacional. Esto significa que los recursos que tenía destinados para subsidios a la energía, gas propano, dinero en efectivo para los adultos mayores así como paquetes escolares y otros programas sociales se desviarían para pagar los intereses de los préstamos. Y no hay que ir muy lejos para comprobar el impacto de la baja calificación que ya recibió el país el año pasado: el Ministerio de Economía ya está focalizando el subsidio a la energía. En diciembre sacó de la lista de beneficiarios a más de 148,000 hogares. Y como no tiene dinero líquido también ha retrasado ayudas monetarias como el que entrega a las familias más pobres o a los adultos mayores que no tienen una pensión.
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2. Más impuestos. Al desviar el dinero para el pago de intereses, se quedará limitado en otras áreas y necesitará más recursos, por lo que es muy probable que decida aumentar los impuestos para obtener más ingresos. En el tintero ya hay varias opciones para elevar los ingresos: subir el IVA al 15%, establecer un impuesto predial o aplicar un impuesto al patrimonio. “Tarde o temprano tendremos que aplicarlos”, dijo el Ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, hace unas semanas.
3. Préstamos bancarios más caros. Los bancos residentes en el país también hacen préstamos en el exterior y la mala categoría nacional también les afecta como empresas privadas. Según Alas de Franco, esto provocará que los bancos aumenten sus tasas de interés para otorgar créditos, lo que limitará a muchas más personas a obtener financiamiento ya sea para comprar su casa, su negocio o su consumo personal.
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4. Aumento en el costo de los productos. Las empresas que se financian con bancos locales también verán encarecido su financiamiento por lo que la economista asegura que aquellas que ya no tengan margen para absorber los costos, tendrán que aumentar el valor de sus productos, impactando directamente en el bolsillo de los salvadoreños. “Es un desincentivo a la inversión”, dijo Carolina Alas de Franco.
5. Menos empleo. Si las empresas no pueden absorber costos o no tienen margen para aumentar el valor de sus productos, tendrán que prescindir de sus colaboradores, es decir, que podrían despedir a sus empleados. Otras, al ver las condiciones económicas, no querrán contratar más personal y con ello, se reducirán las oportunidades.