8 formas en las que la adversidad cambiará la mente de tus hijos para siempre

Los grandes y desconocidos beneficios que las dificultades pueden traer a  la vida de tus hijos.

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elsalvador.com

Por Emma Sánchez/ familias.com

2017-02-03 6:02:00

Cada uno de nosotros, alguna vez en la vida, hemos enfrentado oposición, desafíos, retos y tiempos difíciles. La cuestión es que cuando esas situaciones llegan y no sabemos o no podemos enfrentarlas, la tristeza, el desánimo, la frustración, la vergüenza y muchos otros sentimientos negativos nos llenan, a tal punto que podemos llegar inclusive a perder el control de nuestra vida.

Si sabemos que las dificultades vendrán sobre nosotros y sobre nuestros hijos, ¿Qué podemos hacer? Pues: aprender, enseñar y hacer todo aquello que esté en nuestras manos para sobreponernos y salir adelante.

Para comenzar, debemos enseñarles que cuando las cosas se ponen “feas”, lo que muy dentro sentimos es miedo, y esto es lo que nos impide pensar con claridad, nos hace movernos sin razonar e incluso nos paraliza físicamente.

Antes de seguir, aclaremos: el miedo no es malo, ¡Al contrario!, ¡es lo que nos mantiene vivos!, pero nunca debemos permitirle que nos gobierne.

¿Cómo cambia nuestro cerebro cuando enfrentamos la adversidad? y ¿cómo enseñar esos cambios a nuestros hijos?

1. Crea nuevas conexiones entre las neuronas (dendritas)

Cuando comienzas a tomar conciencia de las cosas que temes, de lo que te paraliza, tu cerebro va a forzarse en la búsqueda de nuevos caminos para encontrar nuevas soluciones. Pensar, obligarnos a pensar, es un ejercicio para nuestro cerebro. ¡Es muy bueno y no debemos evitarlo!, dile siempre esto a tus hijos.

2. La verbalización desarrolla el lóbulo parietal

Si ya identificaste tu temor, es bueno que lo hables, que lo expreses, pues tú te escuchas a ti misma, y sobre todo baja los niveles de incertidumbre y estrés, lo que te va a permitir acostumbrarte a pensar con más claridad. El lóbulo parietal entonces se desarrolla y mejora. Enséñale lo mismo a tus hijos, a sentir la confianza de decirte siempre, aquello que temen.

3. Reconocer tus emociones beneficia el lóbulo frontal

Toda el área de emociones se fortalece y desarrolla cuando hacemos un trabajo consciente de lo que nos está pasando. Y recuerda esto: al hablar en voz alta de lo que enfrentas, respira. Esto oxigena el cerebro, crea más venas, vasos capilares y por lo tanto, tu cerebro en general trabaja mucho mejor.


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4. Tu atención mejora

Cuéntale a tus pequeños que resolver algo, hablar sobre cómo te sientes, buscar soluciones, escribir y hacer planes te obliga a poner mucha atención; por consiguiente, sigue ejercitándote, porque cuando te des cuenta vas a tener una capacidad mayor de concentración, razonamiento y resolución de encrucijadas de todo tipo.

5. Tus sentidos se alertarán y fortalecerán

El miedo que nos producen las adversidades obliga, si lo hacemos de manera consciente, a que nuestros sentidos se agudicen. Nuevamente estarás haciendo ¡mucho ejercicio cerebral! Así que es bueno que los niños sepan que temer, también puede ayudarles a responder mejor ante un problema.

6. Desarrollas flexibilidad cognitiva

Esto es la habilidad que podemos desarrollar para adaptarnos a las situaciones difíciles o cambiantes. Te ayuda a buscar nuevos caminos, estrategias y sobre todo te evita sufrir el cambio y dejarte vencer cuando luchas a contra corriente.


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7. Te va a ayudar a actuar más, en lugar de sólo pensar

Cuando en tu mente ya has hecho planes, puesto tus sentidos a trabajar y te adaptas rápido al cambio, entonces te es mucho más fácil actuar en lugar de paralizarte de miedo.

8. Te conviertes en alguien más perseverante…

…Y con un mayor nivel de fuerza de voluntad. ¿No es suficiente para enfrentar la adversidad? Hacerlo tiene una infinidad de beneficios. ¡No te pierdas ninguno! y muéstrales a tus hijos, cómo sacar provecho de esto.