Ser estudiante implica, por lo general, dos cosas: tener poco tiempo libre y poco dinero. Pero, si un universitario consigue rascar unas pocas horas a su agenda cada día y sabe organizarse, podrá obtener algo de dinero, ya sea para mantenerse o para sus gastos extra.
Vender sus antiguas pertenencias, dar clases en línea, realizar las tradicionales labores de niñera o dependiente son solo algunas opciones, pero hay varios modos de lograr ingresos y alternarlos con los estudios.
Dominar la tecnología, por ejemplo puede reportar muchos beneficios. Si se controla la computadora de manera especial, se es un genio creando presentaciones con gráficos complejos o haciendo tablas y gráficas en Excel, se puede conseguir un dinero extra.
Basta con ofrecerse para realizar estos gráficos a otros jóvenes que lo necesiten para sus trabajos o incluso para sus tesis profesionales.
Por otro lado si estudia una carrera que permita hacer prácticas e ir ejerciendo la profesión poco a poco de acuerdo con los conocimientos que se adquieren en la facultad, puede buscar un lugar donde realizar prácticas, tanto durante la semana o a media jornada o los fines de semana, así como en las temporadas de vacaciones, podrían contar con el interesado como refuerzo.
Es una idea estupenda, ya que a la vez que se obtienen ingresos, se adquiere experiencia para la futura vida profesional.
Cuidar niños durante los fines de semana para que sus padres puedan salir es un empleo tradicional entre los estudiantes, sobre todo entre las chicas.
Emprender su propio negocio con ideas innovadoras también es una opción.