Al finalizar una teleconferencia con un ejecutivo de General Motos en el DF, le dije sinceramente: “El Trumpudo quizás no te quiera dejar entrar, pero en El Salvador tienes las puertas abiertas”, seguido de risas y feliz fin de semana.
Qué yuca. El “Trumpudo” inició su campaña calificando a los mexicanos de violadores y ladrones de American jobs; prometiéndoles que pagarían el muro que los mantendría quietos junto a los narcos.
Más yuca todavía que no era paja. Con menos de 10 días en la Casa Blanca, sigue la amenaza del muro fronterizo de 3,180 km, así como de mandar al carajo el NAFTA, acuerdo gracias al cual las economías aztecas y gringas llevan 23 años echando flores.
Bueno, más flores del lado azteca, ya que los gringos le compran Ÿs partes de sus exportaciones, lo que representa la mitad del PIB mexicano. Además, los 35 millones de cuates en el norte, le mandan a sus parientes $25 billones anuales para que consuman. Nuestros 2 millones (3, creo yo) de hermanos lejanos, también nos mantienen a flote con $ 4 billones (5, creo yo).
El tío Sam sufriría menos, pues sus exportaciones a México representan solo el 3 % de su PIB (no lo digo yo, lo dice The Economist). Pero, aunque pequeño, traen bienestar a muchas familias gringas, pues generan 5 millones de empleos, ya que el 40 % del contenido de las importaciones de México, proviene del norte.
Como el 40 % del contenido de los carros ensamblados en México. No es justo que, culpa de las olas del norte, Ford engavete una nueva planta de $1.6 billones en San Luis Potosí. Le pregunté, a mi amigo de GM, ¿qué onda con tus plantas?, y acordamos que en su próxima visita me contaría, mientras disfrutemos dos que tres Pilsener y pupusas.
Tampoco es justo que le zampe impuestos a las importaciones mexicanas para pagar los $8 billones del muro de la vergüenza. Los gringos tienen que recordar que, antes del Tratado Guadalupe Hidalgo del 2 de febrero de 1848, todo California, Nevada, Utah, Nuevo México y el gran Texas eran territorio mexicano. También parte de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. Órale, si quieren hacer muro, ¿Por qué no lo hacen al norte de estos 10 estados?
Lo que sí me parece, es que el pato Donald, pero no el de Disney, habría ofrecido sus tropas para acabar con los bad hombres al otro lado de su futuro muro. Paseo de campo para los marines que vienen bien filudos del Medio Oriente. ¡SOS! Vengan a darle in the neck a las maras.
También me parece la astucia de los publicistas de Corona, Budweiser y Aeroméxico, pues tradujeron la Trumpphobia que contagia la psiquis de 130 millones de mexicanos, en virales ideas, creativas y efectivas, que están endulzando la melodía de sus cajas registradoras.
Corona le saca raja al mantra Make America Great Again, dejando claro que América no solo es Gringolandia. Es un continente que besa los dos polos, con 35 países y mil millones de americanos. Una América que siempre ha sido grande.
Budweiser pagó $ 5 millones por pautar 60 segundos en el Super Bowl, con el fin de conectar con los sedientos. Vemos a su alemán fundador frente al agente de inmigración, en Ellis Island, que le dice “You’re not welcome here”; lo mismo que Donald le gritó a los musulmanes de 7 naciones.
Aeroméxico reafirmó su placer de volar, condenando las fronteras, no solo las de ladrillo, si- no las invisibles entre hombres, las que generan los idiomas, las de besar a otro hombre (guácatela). Cierra una toma aérea impresionante afirmando que en el cielo no hay fronteras, mientras un desafiante capitán se despide con voz ronca: “Perdón, tengo trabajo que hacer”. Poderoso flashback a mis tiempos en TACA.
Intensa agenda política la que se está pintando. Olas atrevidas del norte que, junto a los memes del profe y sus secuaces, nos darán mucho de qué hablar.
Atrevida, y bien guapetona, está la nueva first lady cuarentona. La vi en la portada de una revista en la farmacia, y la compré. Buen gusto tiene el Trumpudo.
*Columnista de El Diario de Hoy.
calinalfaro@gmail.com