GUATEMALA. Justo el día que inició la audiencia en el que la justicia guatemalteca definirá si enfrentan un juicio por corrupción, el expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, y su exvicepresidenta, Roxana Baldetti, maniobraron para tratar de postergar el fallo decisivo.
Baldetti, quien es procesada por corrupción, denunció ayer amenazas en su contra y solicitó participar en la audiencia del caso “La Línea” por vídeo conferencia, pero el juez Miguel Ángel Gálvez rechazó la solicitud.
“Mi sistema nervioso está alterado, cada vez que salgo tengo la sensación de que algo malo me puede suceder”, dijo Baldetti en el inicio de la etapa intermedia en la que se debe decidir si la estructura criminal irá o no a un juicio oral y público.
Sin entrar en detalles de la procedencia, la exvicepresidenta denunció amenazas.
“No estoy pidiendo nada fuera de lo normal, estoy diciendo que quiero estar viva”, le explicó Baldetti al juez cuando le solicitó que su participación en esta audiencia sea por vídeo conferencia.
“Tengo miedo”, insistió la exfuncionaria acusada de los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo y caso especial de defraudación aduanera.
El juez Gálvez le rechazó la petición y ordenó que el Estado le garantice su protección y que su traslado a la sala de audiencia, en la Torre de Tribunales, sea sola en un vehículo bajo estrictas medidas de seguridad.
La estrategia de Pérez
La maniobra de Pérez Molina fue pedir ayer la recusación del juez Gálvez, por medio de su abogado César Calderón.
La razón que dio el defensor es que duda de la “imparcialidad” del juzgador en la trama de corrupción que además del exmandatario involucra a otras 30 personas más. El argumento es que “ha externado opinión” en este caso.
El abogado argumentó que hay muchas razones para recusar al juez, pero que solo lo hacía porque durante la primera declaración de la ex vicepresidenta, en agosto de 2015, mencionó la posibilidad de que Pérez Molina pudiese ser el jefe de la estructura criminal.
Calderón expuso que en ese momento su patrocinado aún era el presidente de Guatemala, gozaba de inmunidad y no era parte del proceso judicial. “Desde allí” Gálvez ha vertido opinión “que a mi criterio no era propia porque el presidente no era en ese momento perseguido en la causa”, sostuvo Calderón.
Al igual que Baldetti, Pérez Molina recibió un revés porque el juez rechazó su recusación por considerar que la acción se tuvo que presentar en una audiencia previa al inicio de la etapa que arrancó ayer.
Sin embargo, Calderón presentó un recurso de apelación que el juez aún no ha resuelto.
Pero además, Pérez Molina impugnó el acuerdo del colaborador de la Fiscalía en el caso “La Línea”, Juan Carlos Monzón, exsecretario privado de Baldetti.
Monzón se convirtió en colaborador de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (Feci) del Ministerio Público en abril de 2016. En sus testimonios dados como anticipos de prueba en el caso “La Línea”, relató ante el juez cómo la red realizaba la defraudación aduanera.-AGENCIAS.