Amy Giberson y Justin Pounders se conocieron en una parvularia de Florida cuando tenían 3 años. Ahí juntaban bloques de madera, se sentaban juntos para almorzar y jugaban durante el recreo. Se gustaban, pero su corta edad no les permitía entender esos intensos sentimientos.
El tiempo los separó, fueron a distintos colegios y aquella tierna historia de amor se fue desvaneciendo…
Un día, Giberson y Pounders se conectaron a través de una página de citas en internet. Él envió un mensaje a la chica para iniciar una conversación. “Vi su foto y por alguna razón, me atrajo instantáneamente. Ella simplemente tenía una energía genial, digamos. No puedo explicarlo, pero sabía que tenía que conocer a esta chica”, relató él al rotativo británico Daily Mail.
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Sin saberlo, los sentimientos que en algún momento experimentaron en su niñez florecerían y se regresarían 30 años después.
Los mensajes, emails y las llamadas de teléfono eran más constantes y era tal su química, que concretaron una cita en un restaurante local, sin ser conscientes de que ya se habían conocido.
“Por supuesto, en ese punto, nosotros no sabíamos que habíamos sido ‘novios’ en preescolar, pero cuando nos encontramos y nos abrazamos fue como si lo conociera de toda la vida. Cuando lo vi por primera vez, sentí que estaba mirando al hombre con el que me iba a casar”, comentó Amy.
Justin y Amy se enamoraron de inmediato y, tras un año de relación, descubrieron que habían estado enamorados el uno del otro durante su infancia.
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De acuerdo con Amy, ambos se encontraban en el carro y “Justin casualmente mencionó que amaba mi nombre porque había estado enamorado de una chica que se llamaba igual. Entonces bromeé: ‘bueno, no soy yo, así que no quiero oír hablar de ella”, relató la joven.
Al descubrir que habían asistido a la misma parvularia y que sus nombres coincidían con aquellos niños de quienes se habían enamorado, Giberson y Pounders comenzaron a investigar. Según comentó la joven novia, “preguntamos a nuestros padres para que revisaran las fotos de aquella época del parvulario. La madre de Justin encontró una instantánea de los dos juntos y simplemente empecé a llorar, estaba en éxtasis. Yo era aquella enamorada durante todos estos años. Era cosa del destino…”.
“Alguien o algo definitivamente decidió que no teníamos que volver a reconectarnos hasta ahora. Hemos estado tan cerca, con una facilidad aplastante para vernos, pero no ocurrió hasta el momento ideal. Y ya ha llegado”, explicó emocionado Pounders.
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Esta increíble historia de amor está por cerrar una etapa, ya que la pareja contraerá nupcias en los próximos meses.
