Correr, respirar, saltar y sudar, todo eso y más es el básquetbol, un deporte que exige velocidad y fuerza para ser ejecutado, es por ello que también se le conoce como “deporte ráfaga”.
Los resultados al practicarlo son numerosos y se reflejan muy bien en el cuerpo, aún en las distintas etapas de la vida.
Por ejemplo, en la infancia los niños desarrollan estatura, masa muscular, reflejos y agilidad. En los adultos en cambio, favorece la capacidad pulmonar y sanguínea.
El baloncesto permite recobrar la figura y es ideal para eliminar la grasa que se acumula en el abdomen. Esta grasa en particular es muy peligrosa, ya que activa sustancias perjudiciales para la salud que propensan el desarrollo de problemas cardiovasculares, cáncer colorectal, entre otras enfermedades.
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Afortunadamente la grasa abdominal o visceral desaparece con mayor rapidez, en comparación de otras que se acumulan en los muslos y caderas.
Al ser una actividad aeróbica, permite quemar la mayor cantidad de calorías e incrementar la probabilidad de lograr una pérdida de peso significativa, los médicos la recomiendan mucho para bajar de peso.
Sin embargo, este no es el mejor ejercicio para todas las personas, especialmente para aquellas que sufren de obesidad, ya que existe mayor riesgo de sufrir lesiones.
Algunas lesiones más comunes en este deporte son los desgarres, es decir cuando las fibras musculares se rompen; las contracutras o contracciones involuntarias, los esguinces o torceduras de ligamentos y fracturas.
Para obtener mejores resultados cada juego de baloncesto debe estar acompañado por una dieta sana. Los nutricionistas recomiendan que se ingieran muchas frutas, granos y vegetales. Son necesarias las fuentes de proteína como los frijoles. El agua no debe faltar ni los lácteos bajos en grasa.
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Una persona puede mejorar sus técnicas de baloncesto e incluso ser más veloz, para ello necesita informarse sobre este deporte y realizar los ejercicios adecuados.
Para ser más rápido conviene ejecutar saltos con potencia, es decir brincos tan altos y lejos como se pueda. Los saltos fortalecen los músculos de las piernas, glúteos y pantorrillas, que permiten acelerar fácilmente en la cancha.
Los saltos verticales también ayudan a coordinar la potencia del tronco superior e inferior. Este ejercicio se desarrolla sujetando un disco con ambas manos, para dejar que las piernas hagan todo el esfuerzo.
Los estiramientos previo a un entrenamiento de básquetbol no son muy recomendados, pues una exhaustiva revisión de 104 estudios realizada por la Universidad de Zagreb (en Croacia) concluyó que los estiramientos mantenidos y estáticos efectuados antes de algún ejercicio disminuye el rendimiento de los músculos estirados en más de un 5 %.
Los científicos croatas agregaron a ello que la potencia muscular puede disminuir hasta en un 2 % al realizar ejercicios de estiramiento.