La supuesta red de narcos recién detenida consiguió que presuntos policías corruptos le devolvieran la mitad de los 350 kilos de cocaína que les decomisaron en junio de 2016, según relató un testigo a la Fiscalía.
De acuerdo con el colaborador, días después del decomiso, el Capi que se hallaba en Guatemala llegó al país, para negociar con un grupo de policías para que le devolvieran la droga incautada.
El Capi no consiguió todo el favor, pero si la devolución de la mitad del cargamento, pero para hacerlo efectivo, hubo que seguir todo un protocolo, que consistió en simular paquetes de un kilo de cocaína falsos, refiere el requerimiento fiscal.
El cabecilla convocó a sus colaboradores a un restaurante de un centro comercial de Antiguo Cuscatlán en horas que ya el restaurante había cerrado, pero como había una reservación de mesas, les abrieron. El Capi, relató a sus confidentes lo que había logrado con algunos agentes y la estrategia que seguirían para lograrlo.
La advertencia era que si el plan no salía bien habrían “bastantes muertos”.
La táctica implicaba contratar a un carpintero para que hiciera los moldes cuadrados de madera y metal, además la contratación de nueve personas que trabajarían en la preparación de los paquetes que en su interior llevarían harina compactada con otros materiales. Utilizaron tres quintales de harina para hacer los paquetes.
Por tres moldes pagaron 50 dólares al carpintero, según relató el testigo a la Fiscalía.
La condición era que trabajarían viernes, sábado y domingo, quienes ganaron mil 500 dólares.
Luego entregarían el cargamento en siete maletines grandes a un hombre que llegaría en un vehículo con ciertas características.
Como medida de seguridad enviaron a varios sujetos en vehículos para vigilar las entradas y salidas del Puerto de La Libertad y verificar si habían movimientos policiales.
En una primera ocasión, la transferencia no se registró por directrices de cabecillas que se comunicaban a través de mensajería por celular, pues temían que se revirtiera el plan.
Fue hasta en la segunda vez que un sujeto de unos 38 años, moreno, bajo de estatura, cabello liso negro, un poco calvo llegó a la entrada del Puerto de La Libertad el martes, dos días después de haber preparado los 350 paquetes, donde se realizó la transferencia, que luego se movilizó rumbo a San Salvador.
Los que recibieron la cocaína salieron rumbo a un rancho de la playa San Diego, en La Libertad.