La historia de los inquilinos del Hospital Rosales

Madres y padres de menores que ingresados en el Rosales se embarcan cada día en la dura tarea de vivir en el hospital para poder cuidar a sus hijos. 

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Muchas personas deben suspender sus actividades y trasladar su día a día al hospital Rosales para acompañar a sus familiares que han sido ingresados. 

/ Foto Por EDH

Por Xenia González Oliva

2017-02-12 9:00:00

Para los familiares de un paciente que es ingresado al Hospital Rosales este se convierte en el sitio donde deben aprender a sobrevivir, atentos, como pueden, a la condición de su pariente. La necesidad de estar presentes aumenta cuando el paciente es menor de edad.

Raquel Larín ya había pasado casi una semana encerrada en el Rosales. No ingresada, sino como penitente, haciendo guardia afuera de la entrada del servicio de Hematooncología, donde estaba ingresado su hijo de 15 años. Los más de tres días que lleva deambulando en los pasillos del hospital ya le afectan la percepción de poder decir qué día de la semana es, lo único que sabe con precisión es el día que tuvieron que llevar de emergencia a su hijo.


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Hace casi dos años en el Hospital de San Miguel le detectaron un tumor en el intestino. Sus médicos intentaron que fuera recibido en el Bloom, llamaron al hospital, pero no lo pudieron recibir. “Tenía que recibir quimios y de allá me lo trasladaron para acá, pero ellos trataron la manera de quererlo entrar al Bloom, pero dijeron que no, solo de 12 años para abajo”.

Para Raquel es duro ver a su hijo menor de edad en un hospital rodeado solo de adultos. En este centro, ella duerme sobre cartones en un pasillo, a menos que los vigilantes  la saque y tenga que ir a dormir afuera de la  Emergencia. Al despertar, solo puede bañarse en los chorros cerca de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI),sin descuidar la pequeña maleta donde anda sus cosas. Todo eso le parece poco frente a lo que está padeciendo su hijo. “Fuera bonito que fueran solo jóvenes, aquí les toca estar revueltos, mujeres y hombres”, comenta. 

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