Carlos Enrique Pérez Melara, un salvadoreño de 36 años reclamado por Estados Unidos por delitos informáticos, enfrenta cargos en el Distrito Sur de California, desde julio de 2005.
Las autoridades de ese país ofrecían una recompensa de 50 mil dólares por información que llevara a su arresto.
Las investigaciones señalan que el estudiante desarrolló y comercializó un sitio web que inicialmente se denominó ”Email PI”, pero en agosto de 2003 le cambió el nombre a “Lover Spy”.
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El “Lover Spy” costaba alrededor de 90 dólares y supuestamente podía “sorprender a un amante infiel”.
El procedimiento era enviar a la persona que se pretendía espiar una tarjeta electrónica que, al abrirse, instalaba en la computadora de la víctima un programa que capturaba los mensajes electrónicos e incluso podía espiar usando la cámara de Internet.
Periódicamente, la información recolectada era enviaba por correos electrónicos a quienes habían comprado el servicio. Según el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) Pérez Melara dirigía sus operaciones desde su residencia en San Diego, California.
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Este caso es notable porque Pérez Melara habría ganado relativamente poco dinero con el plan, aunque su “producto” ayudó a convertir a usuarios normales de computadora en piratas cibernéticos que podían usar la información para acechar a sus víctimas, según el FBI.