Tener un gran jardín para relajarse y desconectarse de la rutina es un ideal de muchas personas. El problema, generalmente, es la falta de espacio. Ante esto surge una opción singular que se ha vuelto muy popular entre los amantes de los pequeños detalles: los jardines en miniatura.
En el Salvador, esta moda ha llegado de la mano de Claudia y Carolina Bonilla, dos hermanas con mucha creatividad, que de una forma inesperada encontraron una idea peculiar que han transformado en su negocio, al que bautizaron como Lilipot.
Su primera creación fue un bonsái para su madre. El regalo llamó la atención de muchos de sus conocidos. Al ver la aceptación que tenía su pequeña creación, decidieron iniciar su aventura como emprendedoras.
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El nombre de la empresa está basado en Lilliput, la ciudad de gente diminuta de la novela Los Viajes de Gulliver; y la palabra “pot”, que significa contenedor en inglés. Así se forma Lilipot.
El negocio tiene tres líneas de productos, comentó Carolina, los minijardines inspirados en bosques o playas; los personalizados, basados en temáticas como profesiones o gustos personales, como artículos de gimnasios o de oficinas; y la línea de fanáticos enfocada a series de televisión, caricaturas o películas.
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