“Aquí voy a vivir yo”. Tatiana Gadala-María tenía apenas 10 años y estaba de vacaciones en Nueva York cuando pronunció aquella frase delante de su madre. Manhattan la había impactado: fue amor a primera vista. Menos de una década después, con 17 años, la salvadoreña cumplía con su sueño y se instalaba en la Gran Manzana para estudiar diseño de moda en la Universidad de Parsons, una especie de Harvard para las carreras artísticas.
“Ya son seis años que vivo aquí, entrando al séptimo año”, explica Tatiana, que no solo se ha graduado y posee una especialización en bordado sino que trabaja para un prestigioso atelier de moda como J. Mendel. Es más, en la reciente ceremonia de los Golden Globes dos celebridades como Keri Russell y Chrissy Teigen utilizaron sus creaciones en la alfombra roja.
De la pintura a la moda
De niña, cuando a Tatiana le preguntaban qué iba a hacer cuando fuera grande ella dudaba entre decir pintora o diseñadora de moda. “Me gustaban ambas cosas, y las dos estaban vinculadas con el arte. Desde niña me la pasaba dibujando. En el colegio tomé todas las clases de arte que se podían, incluso clases especiales que son como universitarias.
LEE TAMBIÉN: Tiro al plato de Lula Mena, diseñadora artesanal
Durante mi penúltimo año en el colegio me vine a hacer un programa de verano a Parsons para poder estar mas segura de la decision que iba a tomar. Hice un curso, pero de pintura”. Al final se quedó con el fashion porque “es una carrera donde uno interactúa más con gente. No es tan independiente ni solitario como es el mundo de un pintor”, agrega.
“Siempre me involucré mucho con el arte, podía pasar horas pintando en la noche y no sentía el tiempo. Cuando venia a ver eran las cinco de la mañana y yo seguía pintando el cuadro… Me gustaban los retratos”, cuenta Tatiana. Pero al mismo tiempo, la moda también tocaba a su puerta: “Mis hermanas mayores, seguían bastante las revistas de moda y yo las leía. Crecí en casa donde las mujeres éramos la mayoria. Eso influyó.
De chiquita me probaba toda la ropa de mis hermanas, los zapatos de mi mamá… Jugaba a vestirme. Eso me abrió la creatividad. Dice mi mamá que desde los tres años me vestía sola. No me gustaba que me dijeran qué me iba a poner”.
La idea de vivir en Nueva York la ilusionaba: “Desde que vine por primera vez, a los 10 años, dije que aquí iba a vivir. Después supe que quería ir a Parsons, pero mis papas no estaba muy convencidos de que viviera aquí, no fue fácil convencerlos, pero ellos vieron mi entusiasmo y dedicación y al final aceptaron.”
LEE TAMBIÉN: La app que te convierte en experta de moda
Paralelamente a los comienzos de sus estudios, Tatiana tuvo la oportunidad de trabajar en varias casas de moda, lo cual le ayudó a perfilar su futuro. “Estuve un tiempo en Paul Andrew, Pamella Roland y Marchesa…Al comienzo de mi carrera comprendí que necesitaba enfocarme en un rubro, que bien podría ser indumentaria para niños o vestidos de noche. Tomé clases de diseño para niños mientras trabajé en alta costura, y ahí me di cuenta que me gustaba más esto último. Entonces decidí que me iba a dedicar al bordado. No había mucha gente en eso y tenía claro que debía especializarme en algo”, reconoce.
El arte del bordado
El paso siguiente estaba en París, más específicamente en Lesage, la escuela de diseño especializada en bordado perteneciente a Chanel. Allí fue la salvadoreña durante un verano para complementar su capacitación: “Es la mejor casa de bordado en París. Hice tres cursos en el verano y regresé a Nueva York para hacer mi tesis. Después ya empecé a buscar trabajo de bordados. Es así, uno dibuja y diseña el bordado en papel y luego se manda a las diferentes compañias de bordado para hacerlo directamente en los vestidos”.
Ya graduada, Tatiana pasó casi un año aplicando para trabajos. “En un momento pensé que era imposible lograrlo, nadie me contestaba”, reconoce. Pero un mensaje en LinkedIn cambió todo. “Yo pensé que eso de LinkedIn no funcionaba, pero de la nada me escribieron de J. Mendel. Me dijeron que buscaban gente que hiciera pasantías. Llegué a la entrevista, le enseñé todo lo que había hecho y les dije que no necesitaba una pasantía sino un trabajo”, recuerda hoy.
En J. Mendel, un atelier con casi 150 años en el mundo de la moda, Tatiana encontró su destino. “Al principio me costó, pero ya estoy adaptada. Ahora soy el contacto con las diferentes compañías de bordado. Somos un equipo chiquito en la parte de diseño en la cual trabajamos todos en equipo.”
Hace unos días, hubo un hecho que la llenó de orgullo. La actriz Keri Russell y la modelo Chrissy Teigen utilizaron dos de sus creaciones en la alfombra roja de los Golden Globes. “Ya me había pasado antes, por ejemplo cuando Victoria Justice usó en una gala un vestido en el que yo trabajé. Pero en este caso se siente totalmente diferente porque sabes que es todo tuyo. Antes yo ayudaba a alguien, ahora es mi creatividad…” De El Salvador para el mundo.