“En El Salvador los problemas de coordinación entre las agencias encargadas de promover las inversiones, las instituciones de capacitación empresarial, las universidades y la empresa privada; así como los problemas de criminalidad y violencia, y la baja productividad del sector de bienes transables han dificultado la apropiación de los beneficios de invertir y han restringido, a su vez, su crecimiento”, indica el reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El reporte se titula: “Cuando los vientos a favor se agotan: Oportunidades para fomentar el crecimiento inclusivo en Centroamérica y República Dominicana”.
Influenciada por el bajo crecimiento mundial, la economía regional registró un crecimiento promedio de 3.7% en 2016. El BID estima que para 2017 el crecimiento será ligeramente superior, “aunque bajo un entorno internacional con mayor incertidumbre”.
El documento indicó que comparando las expectativas de crecimiento potencial real per cápita (para 2016-2020) superarían el ritmo proyectado del incremento poblacional pero a niveles bajos.
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De manera detallada, Panamá (3.5 %-3.6 %) y República Dominicana (3.1 %- 3.3 %) estarían en el mejor de los casos con las tasas más altas. Seguidos por Honduras, Nicaragua y Costa Rica, con una brecha al máximo de 3 %.
En una tercera categoría se ubicaría El Salvador con rangos de entre 2 % y 2.1 % y Guatemala con 1.7 % y, en el peor de los casos Belice, donde el crecimiento potencial por habitante podría estar entre 0.5 % y 0.9 % en los próximos años.
“De mantenerse esta situación de tasas potenciales, alcanzar la convergencia con la producción real per cápita de Estados Unidos podría tomarle a Centroamérica y República Dominicana entre 148 y 159 años”, ejemplificó en BID. De ahí que considera que generar las condiciones para un mayor crecimiento es fundamental.
El estudio consideró que El Salvador, y toda la región, continúa con grandes retos macroeconómicos qué afrontar para atraer inversión.
Por eso, la innovación, transferencia de conocimiento, infraestructura y logística, educación y capital humano, y la criminalidad y débil gobernanza son considerados como factores inherentes a los países de Centroamérica, cuya atención lograría importantes mejoras competitivas y reducción de la pobreza.
Para acelerar el crecimiento regional, el Banco Interamericano de Desarrollo sugiere que debe priorizarse una agenda de reformas estructurales centrada en el aprovechamiento de ganancias productivas, en la reducción del impacto del tamaño gubernamental sobre la economía y en la consolidación de un sistema legal sólido, de respeto a contratos y protección a los derechos de propiedad.
C.A. debe revisar sus políticas de subsidio energía
El informe del BID sugirió a los países de Centroamérica y República Dominicana prestar especial atención a las políticas de subsidios a la energía, de manera que mejore la repartición de costos y beneficios entre usuarios finales, gobierno y el sector eléctrico.
Según el organismo, el precio del petróleo bajó en los últimos años y tuvo un impacto en todos los sectores de la economía, pero el traspaso de menores precios se dio con mayor magnitud en las gasolinas y el Gas Licuado de Petróleo (GLP), y aunque los costos para las generadoras se redujeron, el sector eléctrico no vio ajustes sustanciales en las tarifas al usuario final.
El BID señaló la importancia de transitar desde esquemas de subsidios actuales hacia aquellos donde haya mejores mecanismos de traspaso, focalizando el apoyo donde sea necesario, puesto que “mejorar el traspaso de los bajos precios internacionales al usuario final podría contribuir al crecimiento hasta en 0.5 % al cabo de un año”.
El organismo consideró que, en el último año, el avance de las políticas de subsidio deterioraron las cuentas públicas de la región y las dotaron de mayor rigidez.
El informe recomendó que para sacarle mayor provecho al actual potencial de beneficios se debe replantear estructuralmente la estrategia de subsidios a la energía, revisar los principales canales de transmisión del traspaso de beneficios a los agentes económicos como menores costos de producción/servicios, mejoras competitivas, mayor inversión y consumo privado, y menor presión fiscal. Además, examinar el potencial desarrollo de fuentes de energía renovable su estructura y analizar el alcance del Mercado Eléctrico Regional (MER).