Bajo presupuesto para vacunas pone en riesgo abastecimiento

El gremio médico alerta que la cobertura de vacunación podría bajar.

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Uno de los principales objetivos  de la Ley de Vacunas es garantizar el presupuesto  para adquirirlas y evitar el desabastecimiento.

/ Foto Por Archivo

Por Roberto Alas

2017-02-19 10:00:00

¿Hay riesgo de desabastecimiento de vacunas en El Salvador?. El Ministerio de Salud ha sido escueto en sus respuestas; aunque acepta que tiene una deuda con la Organización Panamericana de Salud (OPS), la entidad  a la cual compra las inmunizaciones. Salud tampoco ha dicho el  monto de la deuda.


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Esa situación ha  encendido la alarma de médicos especialistas, quienes temen que los riesgo de brotes  enfermedades ya erradicadas en el país, como el sarampión y la poliomielitis, se presenten. Los doctores manejan que la deudas es por $2.2 millones con el Fondo Rotatorio de Vacunas de la OPS.

El escenario actual es muy parecido al que enfrentó el ministerio  a mediados de 2014, cuando la deuda con la OPS fue de $4.4 millones y provocó por varios meses desabastecimiento de vacunas contra el neumococo y la pentavalente, la cual protege contra cinco diferentes enfermedades. Ese año, Salud le pidió un plan de pagos al organismo internacional.


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El presupuesto de vacunas para este año es  aproximadamente $ 12 millones, según datos manejados por médicos. Pero declaraciones publicadas de funcionarios de Salud hacen referencia a un presupuesto de $13.3 millones.

Pero ni una ni la otra cifra son suficientes para cumplir la  Ley de Vacunas, que manda a que el Gobierno destine el 1% del Presupuesto General de la Nación, del ejercicio fiscal anterior.

Basado en la ley, este año el monto destinado para inmunizaciones debería rondar los $49 millones. Esta ley entró en vigencia en 2012.

Pero a Salud le ha resultado difícil cumplir esa exigencia. 


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En 2015, el ministerio necesitaba al menos $20 millones para mantener el esquema de inmunización de ese año, según declaraciones que dio en esa ocasión Eduardo Suárez Castaneda, quien fungía como director de Enfermedades Infecciosas. Ese año el monto destinado fue de $11 millones y la meta anual era proteger a 110 mil niños.

El infectólogo Iván Solano Leiva, advirtió que, este año,  de ponerse en riesgo el presupuesto para la compra de vacuna, la cobertura de inmunización que tiene el país se podría venir abajo.

“Esas tasas de vacunación que nos enorgullecemos como país, decir que las tasas en edad pediátrica son arriba del 90 %, se pueden caer”, expresó el médico, quien tiene una prestigiosa trayectoria.

Solano Leiva,   también es el vicepresidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología (Acencai), explicó que, en teoría, el esquema nacional de vacunación que tiene el país es muy completo; pero en la práctica “desafortunadamente” no se cumple, y con mayor frecuencia ocurre en la población adulta.

Los desabastecimientos de inmunizaciones ha salido a luz a mediados de 2014, la más aguda, pero también con menor impacto en agosto, del año pasado.

Solano Leiva advierte  sobre la necesidad de aplicar las dosis contra la influenza y la del neumococo a los adultos con enfermedades como el VIH, insuficiencia renal crónica, diabetes y otras; así como en mujeres embarazadas y adultos mayores de 65 años. Sin embargo, en la práctica diaria, cuando llegan a pedir que se las pongan “les dicen que no hay, que se ha acabado”, denuncia el infectólogo.

En todo caso,  la opción que  aplican en las unidades de Salud es darle prioridad a los grupos más vulnerables, los adultos mayores y niños.

“El sarampión podría volver a resurgir. Si no ponemos la del neumococo podría  incrementársenos los episodios por neumonía o meningitis por neumococo y poner en riesgo a los bebés o a las personas que no se vacunan. En conclusión, las tasas se nos podrían venir abajo”, dijo Solano Leiva.

El doctor André Gregori, miembro del Movimiento de Trabajadores del Hospital Zacamil, manifestó que desde hace dos o tres años hay una limitada cobertura de vacunación, lo que hace que la población se vuelva fértil ante enfermedades infectocontagiosas.

“El Salvador es una zona libre de poliomielitis y de sarampión, y si se deja de vacunar vamos a crear una población susceptible que en algún momento puede generar un rebrote de esa u otras enfermedades”, expresó el médico.

El Salvador obtuvo la certificación internacional de estar libre de ambas enfermedades en 2010.

El presidente del Colegio Médico, Juan Antonio Tobar, coincide con Solano Leiva y Gregori, en que la reducción en el presupuesto de Salud podría generar una disminución en el programa de cobertura del sistema de vacunación y traer brotes epidémicos de patologías ya erradicadas como el sarampión, tosferina y otras.

“El Colegio Médico ha estado pidiendo permanentemente un presupuesto acorde; incluso dijimos que esa disminución (del presupuesto de Salud) , que aparentemente ronda los 17 millones respecto al año anterior, va a ocasionar problemas; pero no solo en el Sistema Nacional de Inmunizaciones, sino en el control y erradicación de otra serie de patologías. Nosotros hemos puesto el dedo en la llaga”, expone Tobar.

Hace dos semanas, las organizaciones que velan por la salud y derechos de las personas con VIH denunciaron que hay un alto riesgo de desabastecimiento de sus tratamientos, debido a la deuda que tiene el gobierno con los proveedores de esos fármacos.

La titular de Salud, Violeta Menjívar, ha aceptado que existe una deuda con ese y otros proveedores, pero rechazó que puedan enfrentar desabastecimiento de tratamientos. La funcionaria declaró que coordinando con el Ministerio de Hacienda para que cancele a los proveedores de medicamentos.


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Solano Leiva dijo que la deuda por vacunas es cerca de $2 millones de dólares y “por eso que no les está aceptando dar vacunas”, comentó.

Pero su colega, André Gregori,  expone  que él ha conocido que son  $6 millones de dólares lo que Salud le adeuda a la OPS, y si el ministerio solo dispone de $12 millones en presupuesto de inmunizaciones y cancela el compromiso con el organismo internacional, “solo vendrían quedando seis millones”, valoró.

La OPS otorga al ministerio un crédito por $5 millones , los cuales debe pagar en un plazo de 60 días, según datos del año 2014. 

Sobre la alerta del riesgo de desabastecimiento que hecha por los especialistas, se consultó a la unidad de comunicaciones del Ministerio de Salud. Ahí se limitaron en decir que no es cierto que vaya haber una reducción en la aplicación de las vacunas.

El pasado 5 de febrero, empleados de Salud presentaron ante la Fiscalía General de la República una denuncia contra la ministra, por incumplir la Ley de Vacunas y la Ley del Escalafón.

André Gregori dijo que esas dos leyes la ministra está obligada a incluirlas dentro del presupuesto anual de Salud.

“Esperamos que funcione el sistema de derechos en el país, el gran riesgo es que si es favorable nuestra demanda, automáticamente debe de ser cesada de su cargo e inhabilitada por diez año de participar en cargos de elección o en el Gobierno”, explicó Gregori.

Solano Leiva también es de la opinión que a la ministra de Salud debe ser citada por la Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa para que explique porqué no está cumpliendo con la Ley de Vacunas.

Agregó que la funcionaria debe de explicarle a los legisladores “qué impacto ha tenido el hecho de que no se tenga un presupuesto adecuado, que muestren datos de las tasas de vacunación actualizadas, solo las dicen cuando es el Día de Vacunación de las Américas y hablan arriba del 90%”.

La Comisión de Salud, dijo Solano Leiva, debe citarla y pedir explicaciones sin ninguna ideología partidaria, abordando el problema de forma técnica para garantizar la vacunación a nivel nacional.

Además, cuestionó que aún no se ha elaborado el Reglamento de Vacunas, el cual vendría a operativisar la ley.

Si no hay un reglamento, explicó, la ley no se puede cumplir y tampoco se podría aplacar la parte sancionatoria.