Si, como dijo Andy Warhol, todos tienen derecho a sus 15 minutos de fama, el del restaurante francés Bouche à Oreille los tuvo por estos días. Y no fueron 15 minutos sino una semana. Eso fue lo que tardaron en darse cuenta que ese modesto restaurante de Bourges, una localidad de 65,000 habitantes en el centro de Francia, y que sirve menú buffet de 13 dólares para obreros de la zona no era merecedor de una estrella Michelin, la guía gastronómica más prestigiosa del mundo.
Por una extraña equivocación, el galardón iba a un refinado restaurante también llamado Le Bouche à Oreille” (de boca a oreja), pero con un menú de degustación de 50 dólares y ubicado en la ciudad de Boutervilliers. Seguramente también ayudó a la confusión que ambos lugares están en una calle con el mismo nombre: la Rue de la Chapelle.
“He recibido muchos llamados y yo no tengo tiempo para responder entrevistas”, explicó Veronique, la dueña del lugar. Lo cierto es que la publicidad inesperada de la Guía Michelin le ha servido para llenar el lugar. “Tengo nuevos clientes que quieren mesas de tres, de cuatro… y al mismo tiempo, a todos los habituales. El problema es que no tengo una gran superficie y sólo cuatro manos”, explicó al diario Le Parisien.
Por su parte, Claire Dorland-Clauzel, directora general de los mapas y guías de Michelin, aclaró que se trataba de un error técnico que únicamente afectaba a la edición web de la publicación, y no al volumen en papel ni a la aplicación.