El otro rostro de los ???ilegales???: no quitan sino agregan al bienestar

No son carga para la sociedad en el sentido de que reciban subsidios pues además pagan impuestos por lo que consumen.

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elsalvador.com

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2017-02-22 9:45:00

Cada persona que trabaja, e inclusive las que no lo hacen, forman parte de unidades productivas, las que a su vez se integran a las infinitas cadenas de producción del mundo.

Y esto vale para los inmigrantes salvadoreños y de otras nacionalidades que están en condición de indocumentados en Estados Unidos, que para sobrevivir tienen que trabajar, aunque ellos sostengan a mujeres y niños que no lo hacen.

Ellos se ocupan cuidando ancianos o enfermos, limpiando casas, como auxiliares de cocina, laborando en talleres.

No son carga para la sociedad en el sentido de que reciban subsidios pues además pagan impuestos por lo que consumen.

De pronto llega la “migra” y se levanta a los asistentes de cocina de un restaurante, o parte de los que recogen fruta y cosechas en una hacienda, o los que limpian hoteles y casas de huéspedes.

El “ilegal” deja su trabajo de golpe, trabajos, como con frecuencia se dice, que ni los estadounidenses más humildes toman.

Ese es uno de los lados de la moneda.

El otro es el del restaurante que de un momento a otro queda sin una parte de su personal, del hotel que no tiene quienes arreglen y limpien habitaciones, de la anciana que queda sin nadie que la cuide, la medique, que salga a comprar sus alimentos…

Viera Altamirano solía decir, de cara a los que abogan por controles de natalidad alegando que no hay suficientes alimentos para tanta gente en el mundo, que “cada niño que nace viene al mundo con un pan bajo el brazo”.

Se dice que el Estado de Texas es capaz de dar de comer a la humanidad entera, como también se asegura de la Pampa argentina.

Hasta los Años Setenta eran pocos los salvadoreños que emigraban, ya que había abundante empleo, el país estaba en crecimiento, se vivía con relativa seguridad.

Y como muchos señalan, en El Salvador se producían componentes electrónicos de alta calidad y tecnología. La Texas Instruments no solo prosperaba sino que era un centro de adiestramiento de ingenieros y técnicos de primer nivel.

La agroindustria y los servicios también prosperaban, dándose el caso de grandes empresas que brindaban empleo a ingenieros, geneticistas, veterinarios, mercadólogos, exportadores.

Pero de pronto la extrema izquierda comenzó a acabar lo que con tanto esfuerzo se había levantado, destruyendo empleo y forzando el éxodo de centenares de miles de salvadoreños al exterior, principalmente a Estados Unidos.

La guerrilla tiene, en ese sentido, muchos logros, siendo el principal el éxodo y luego la destrucción de la economía salvadoreña, que retrocedió en cuarenta años, a lo que se suma haber indirectamente propiciado la formación de las pandillas criminales más peligrosas del mundo.

Asentados sobre los escombros de lo que fue un país pacífico 

Los indocumentados ahora emproblemados son las víctimas de la insania de la extrema izquierda, como son víctimas las decenas de personas inocentes asesinadas día a día a consecuencia de haber suprimido la Guardia Nacional y dejar el territorio sin protección, a merced de las pandillas.

El grupo en el poder está sentado sobre centenares de miles de víctimas y los escombros de lo que fue una sociedad pacífica y progresista, cuyos pobladores en aquel entonces merecían el sobrenombre de los “japoneses de Centro América”.

A esas tragedias hay que agregar las tribulaciones que pasan salvadoreños en EE. UU., que fueron forzados a huir de su Patria.