La noche del 16 de febrero de 2007, Britney Spears protagonizó uno de los episodios más lamentables de la cultura pop.
Spears estaba en la cima del ámbito musical, recién convertida en madre, con ventas millonarias, pero algo estaba minando el ánimo de la cantante pop hasta llevarla a una “crisis monumental”, como la definió el sitio web E! News.
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Esa noche, la intérprete de “Stronger”, de 25 años en dicho momento, entró a una sala de belleza en California y solicitó que le cortaran todo el cabello. La estilista y dueña del establecimiento se negó, Spears tomó una máquina para afeitar y se quitó todo el cabello frente a decenas de paparazzis que captaban la increíble decisión de la artista.
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Las imágenes y videos dieron la vuelta al mundo dejando en claro que la princesa del pop se derrumbaba. Tras el suceso otros momentos negativos llegaban a la vida de Spears: divorcios, alcohol, desplome de su fama, entradas y salidas a rehabilitación, entre otras.
A pesar de ello, la cantante ha superado esa etapa. Nueva música, un show en Las Vegas, un cuerpo saludable y una familia más estable y tranquila son su nueva motivación, según explicó al medio estadounidense.