Un día de noviembre de 2015, la salvadoreña, ingresó ilegalmente a Estados Unidos. Al parecer, la violencia la obligó a cruzar la frontera. Al menos esa es al declaración que Sara (nombre ficticio) le dio al juez de inmigración.
Sara ingresó ilegalmente en busca de asilo, ya que que temía que su tía (quien sería miembro de una pandilla) le hiciera daño porque sostenía una relación con un policía salvadoreño.
Sara alega que desafortunadamente perdió el plazo para presentar su carta de asilo y desde entonces ha permanecido en un centro de detención en Texas.
Según una publicación de thedailybeast.com ”en su testimonio en la corte, Sara reconoció que ella cruzó ilegalmente la frontera el 4 de noviembre de 2015, y agentes de la patrulla fronteriza la arrestaron. Una declaración jurada del agente Roberto González Jr. dice que Sara le dijo el 8 de noviembre de 2015 que ella vino a los Estados Unidos para trabajar, y no buscar asilo”.
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Fue en ese centro de detención que Sara empezó a experimentar fuertes dolores de cabeza por lo que fue internada en Texas Health Huguley Hospital en Burleson, Texas. Allí le diagnosticaron un tumor cerebral, según la publicación.
La situación legal y de salud de Sara es incierta. Por una parte el centro asistencial no brinda información de ningún paciente y su estatus está en tela de juicio por las nuevas políticas emitidas por Donald Trump.