El Carnaval de Río de Janeiro está a la vuelta de la esquina, y la diversión está asegurada, pero ¿sabes cuántos tesoros turísticos guarda esta ciudad brasileña?, aquí te mostramos algunos.
El Cristo Redentor es el ícono de la ciudad, que se sitúa en la cima del cerro del Corcovado (otra de las atracciones naturales).
La estatua art decó es la más grande del mundo, según el sitio oficial de turismo de Brasil (www.visitbrasil.com), quien recomienda una parada obligatoria para cualquier turista, ya que desde allí apreciarás las panorámicas de la ciudad.
El peñasco Pan de Azúcar, situado sobre la bahía de Guanabara, es otro de los destinos imperdibles de Río de Janeiro, acá podrás subir al primer teleférico instalado en Brasil, el cual tiene capacidad para 65 personas.
Los anteriores son solo dos de los grandes tesoros montañosos del lugar, pero no podemos continuar sin dejar de abordar sus bellas playas: Copacabana e Ipanema.
Copacabana es la más famosa, quizás de todo Brasil, por sus arenas blancas, aguas cristalinas y toda la fiesta que se vive en ella, en donde el turista disfruta de una amplia oferta de clubes, casinos, hoteles, restaurantes y bares.
La fiesta es similar en Ipanema, al sur de la ciudad.
La arquitectura, mucha de ella colonial, es un legado a destacar, pues según varios registros la corte portuguesa se trasladó al lugar cuando Brasil aún era una colonia de Portugal.
El tranvía de Santa Teresa es una experiencia de arte y cultural que no debes perderte, en ese recorrido conocerás la Escalera Selarón.
Para que te hagas una idea, Río de Janeiro fue la primera ciudad en recibir el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, por parte de la Unesco.