Carpe diem

En efecto, carpe diem significa que debemos vivir el momento pues el pasado no lo podemos cambiar y el futuro es incierto.

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Tin Ruiz se vistió de superhéroe y tuvo una noche redonda para ser el líder de El Salvador.

/ Foto Por Beach Soccer

Por José Sifontes*

2017-02-24 7:37:00

La frase carpe diem se encuentra en las Odas del poeta romano Horacio. Su traducción del latín y la explicación de su significado no son fáciles, pues si se hace una traducción exacta, el significado puede tomarse de diferentes maneras; y si se intenta exponer su significado, la traducción deja de ser exacta. Para algunos quiere decir “toma el día” o “cosecha el día”, otros lo interpretan como “vive el momento” o “disfruta el día”. Las primeras son más precisas etimológicamente y las segundas van más al significado. En forma extendida, el poeta escribió: “Carpe diem, quam minimum credula postero” (“Toma el día, y confía poco en el futuro”). Es un consejo que Horacio da a su amiga Leucone, y aclara qué quiso decir.

La frase ha perdurado a través de la historia y, en los tiempos modernos, es citada en la película La sociedad de los poetas muertos, de 1989. En la cinta un profesor de Literatura (Robin Williams) procura infundir en sus alumnos una postura no convencional ante la sociedad, enseñarles a que aprecien lo bello y no solo lo útil, y que le saquen el jugo a la vida. 

En efecto, carpe diem significa que debemos vivir el momento pues el pasado no lo podemos cambiar y el futuro es incierto. Gran consejo, que no seguimos. En lugar de esto nos pasamos la vida añorando el pasado o sintiendo remordimientos por cosas que hicimos; o bien preocupados por el futuro y preparándonos constantemente para éste, sin saber cómo será. Y en toda esta meditación sobre el pasado y en la planificación del futuro, se nos escapa lo único que tenemos a mano, el presente. Vivimos con el ayer y con el mañana, y se nos olvida el hoy.

A veces la vida nos somete a grandes pruebas, a eventos que no esperábamos, y son los golpes del destino los que nos llevan a reconocer la importancia del presente. Los que pasan por situaciones difíciles aprenden a vivir día a día, a sacarle provecho a cualquier cosa buena que aparezca y a disfrutar el momento sin importar lo que hubo antes o lo que habrá después.

El punto no es que ignoremos por completo el futuro, contentándonos con lo que ya hemos logrado u obtenido, o que no nos regocijemos con los buenos recuerdos o saquemos lecciones de los errores pasados para evitar que se repitan. Lo primero sería un conformismo que nos llevaría al estancamiento, y lo segundo no nos permitiera utilizar la experiencia. No es eso, la idea es no dejar que las cavilaciones sobre un pasado que ya se fue y los preparativos para un futuro que no ha llegado aún, nos quiten la oportunidad de apreciar y valorar lo que la vida nos está dando ahora. Hay que disfrutar el proceso sin concentrarnos únicamente en el fin. El camino nos lleva a algún lado, pero si solo pensamos en la meta a que nos conduce nos perdemos los detalles del camino en sí, y pasa inadvertido el color de la vegetación, la particularidad de un paisaje, y la misma sensación de caminar. 

Walt Whitman dijo: “Felicidad, no en otro lugar sino en este lugar… no en otra hora, en esta hora”. Virgilio dijo: “La Muerte susurra en mi oído. ¡Vive!, dice, que ya vengo”. Y el nombre de una canción de Creedence es: ¿Alguna vez has visto la lluvia?

*Médico psiquiatra y columnista
de El Diario de Hoy.