25 años después: una llamada a la acción ciudadana

Es momento de pasar la página de la historia y permitir que la voz de la ciudadanía sea el faro para fijar el rumbo de nuestro país en esta segunda travesía.

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Foto Por edhdep

Por Carolina Avalos*

2017-01-02 7:27:00

Te acuerdas dónde estabas el 16 de enero de 1992? Muchas expectativas del futuro se gestaron en ese día histórico para El Salvador. Para cerca de la mitad de nuestra población (la menor de 25 años, que no había nacido aún), podría parecerles que la firma de los Acuerdos de Paz fue una leyenda más que una realidad, o que es un hecho histórico, perdido en el pasado, sin relación con su vida actual y su futuro.

Se firmó un acuerdo para terminar con la guerra civil, deponer las armas, y reformar algunas instituciones claves para ir sentando las bases de la democracia. Fallamos como sociedad al no presionar lo suficiente para que se cumplieran los acuerdos, y poner fin al conflicto en todas sus modalidades. Esto no es un reclamo, es para que reflexionemos de lo que queremos en el próximo cuarto de siglo.

Los ciudadanos exigimos el protagonismo político que nos fue hurtado por los partidos firmantes. Durante las negociaciones de los Acuerdos, que duraron varios años, los salvadoreños vimos suplantada nuestra voz por la de los liderazgos gubernamentales y guerrilleros. Negociaron y acordaron según su peso político militar, sus intereses y prioridades. Los ciudadanos no participamos en el debate ni fuimos consultados posteriormente a la firma; asistimos como “convidados de piedra” a unas negociaciones secretas que nos prometían el gran premio de la Paz, pero que hipotecaron el desarrollo de nuestra sociedad entre unos límites estrechos y partidistas, decididos solo por los que firmaron el acuerdo en el castillo de Chapultepec.

La sociedad salvadoreña ha evolucionado en estos 25 años, pero los liderazgos siguen estancados en los protagonistas de aquella mañana de enero de 1992. Es momento de pasar la página de la historia y permitir que la voz de la ciudadanía sea el faro para fijar el rumbo de nuestro país en esta segunda travesía, que debería iniciar este mes de enero de 2017. Es evidente la desconexión entre la sociedad y sus líderes, no solo generacional, sino también en muchos casos ética y política. En esta etapa que se abre con la XXV conmemoración de los Acuerdos, los partidos deben replantearse sus liderazgos, regenerarse y brindar soluciones para nuestro futuro. No basta con que sigan gestionando nuestro pasado, con los penosos resultados que vemos en la actualidad.

Ha llegado la hora de El Salvador, de los jóvenes, de las mujeres, de la clase media, de aquellos que, desde el 16 de enero de 1992 no han visto mejorada su situación socioeconómica y siguen en la pobreza y la exclusión, de los que se sacrifican diariamente para sacar adelante a sus familias con magros resultados y escasa seguridad. Es una oportunidad para consolidar las bases de la democracia, con una visón política renovada en donde podamos definir nuestro futuro. Hay que hacer un llamado a los partidos políticos, a sus militantes y estructuras, para que apuesten por la generosidad y la innovación en sus quehaceres y liderazgos.

No obstante el clima de inseguridad económica, social y política, hemos avanzado en la alternancia política, en la separación de poderes —aunque en constante amenaza e irrespeto por la misma clase política—, y contamos con una ciudadanía más empoderada e interesada en la cosa pública.

Estos próximos 25 años que se inauguran el 16 de enero son nuestros años y nuestra oportunidad. No podemos asistir impávidos como ciudadanos a un espectáculo de lucha ideológica constante y estéril, a intereses partidistas y personales por encima de las necesidades del país, a una corrupción que parece invadirlo todo y comprometer a nuestros liderazgos tradicionales. Es la hora del ciudadano, si no la hacemos realidad será, hoy sí, nuestra exclusiva responsabilidad.
    

*Columnista de El Diario de Hoy. 
@cavalosb