Donald Trump ha conseguido su primera gran victoria frente al sector automotriz y les ha doblado los brazos a la ford y a la General Motors. Ambas compañías han anunciado sus decisiones respectivas de reducir la producción de sus modelos Ford Focus y Chevrolet Cruze en el mercado mexicano, para venderlos en territorio estadounidense.
Simplemente, lo que fabriquen en territorio mexicano no será rentable tratar de venderlo en el mercado de los Estados Unidos, porque deberán pagar un arancel de 35%, lo cual los pone en seria desventaja con respecto a lo que ellos mismos y sus competidores fabrican en las plantas estadounidenses.
La advertencia
El Presidente electo que está a punto de tomar posesión de la Casa Blanca cambió en un sólo día la decisión de Ford de abrir una nueva planta de fabricación en San Luis Potosí, México, así como los planes de la General Motor de vender su modelo Chevy Cruze en Estados Unidos, porque está fabricado en México.
Trump inició el día lanzando un ataque frontal contra General Motors en la forma de un tuit.
"General Motors está enviando el modelo Chevy Cruze hecho en México a los concesionarios de EEUU sin tarifas. ¡Fabrique en Estados Unidos o pague un gran arancel aduanero!", escribió el presidente electo en su cuenta de Twitter, medio que usa habitualmente pasa expresar sus ideas.
La respuesta inmediata de los mercados al mensaje de Trump fue la venta de acciones antes de la apertura de los mercados.
Los títulos de GM perdieron alrededor de un 1 % pero se recuperaron después de que la compañía emitiera un comunicado que dejó claro que la empresa sólo importa una pequeña cantidad de Cruze producidos en México.
"Todos los Chevrolet Cruze sedán en venta en Estados Unidos son producidos en la planta de montaje de GM en Lordstrom, Ohio. GM produce el Chevrolet Cruze de cinco puertas para mercados globales en México y un pequeño número es vendido en Estados Unidos", explicó el fabricante.
Cambio de planes
Ford tenía previsto construir una nueva planta de montaje de vehículos en la localidad mexicana San Luis de Potosí para producir la nueva generación del Ford Focus.
La inversión de 1,600 millones de dólares en San Luis de Potosí era parte de la estrategia de Ford de producir sus vehículos más pequeños en México, donde los costes laborales son un tercio de los de Estados Unidos, para aumentar la rentabilidad de los automóviles más baratos.
El vicepresidente del sindicato estadounidense United Auto Workers (UAW), Jimmy Settles, reconoció que se enteró de la decisión de Ford hace una semana.
Ford si admitió que el presidente del consejo de administración de la empresa, Bill Ford, habló con Trump para comunicarle la decisión de cancelar la inversión de San Luis de Potosí.
Cierran Potosí e invierten en Michigan
Durante una rueda de prensa en la que Ford anunció la cancelación de la planta mexicana, también reveló que hará una inversión de 700 millones de dólares en la fábrica estadounidense de Flat Rock (Michigan) donde se producirán vehículos eléctricos y autónomos.
Ford ofreció su respaldo a Trump al añadir que "vemos un ambiente más positivo para el sector manufacturero estadounidense bajo el presidente electo Trump y las políticas de crecimiento y las propuestas de las que está hablando".
Ford señaló también que la inversión de 700 millones de dólares en Flat Rock creará 700 nuevos empleos directos, lo que el magnate aprovechó para tuitear que "Trump ya está produciendo los empleos que prometió a Estados Unidos".
A pesar de la cancelación de la construcción de la planta de San Luis de Potosí, el Ford Focus no se producirá en Estados Unidos.
En un comunicado, Ford indicó que producirá la nueva generación del modelo Focus en la planta de montaje de la ciudad mexicana de Hermosillo "para mejorar la rentabilidad de la compañía". EFE